Las relaciones familiares siempre suelen ser complicadas. Las reuniones con la familia muchas veces se convierten en un temido momento, donde tienes que aguantar a tu tío contando chistes malos o a tu abuela preguntándote cuando te vas a casar o vas a tener hijos. Además, todo esto se agrava mucho más cuando tus familiares directos comienzan a invitar a sus parejas y estas no encajan bien con todos. Algo así podría ser lo que le ha sucedido a la familia real británica, que no han llegado a hacer muy buenas migas con 'el nuevo Harry' y, su mujer, Meghan Markle. Parece ser que, además, la decisión de la pareja de alejarse de la corona no ha hecho ninguna gracia ni a la reina Isabel ni a William, que no entienden por qué quieren huir de las responsabilidades y el foco mediático. Todo apunta a que Meghan nunca se ha sentido cómoda en el Buckingham Palace, ya que ella viene de un ambiente y una familia muy distinta a la real.
Aunque, en un primer momento, la pareja apuntó a que se iba a quedar viviendo en Londres y que iban a seguir con sus trabajos como Duques de Sussex, lo cierto es que la presión les pudo. No fue fácil que el padre de Meghan Markle decidiera contar las intimidades de su hija, ni tampoco la presión a la que fue sometido su hijo, Archie, nada más nacer. Los medios de comunicación se interesaban por su vida, por cómo era su día a día y, en definitiva, en saber todo de la familia que había formado Harry y la actriz. Por eso, debido a que en Inglaterra no se encontraban muy a gusto y pensando en el futuro de su pequeño, decidieron coger las maletas y marcharse muy lejos. Por otro lado, Meghan tampoco sintió nunca el apoyo de su cuñada, Kate Middleton, quien también había tenido unos comienzos complicados con el príncipe William, precisamente debido a la presión mediática. Pero, ¿cuál es la verdadera relación que existe entre ambas?
Meghan Markle entró en el corazón del príncipe Harry en el año 2016. Harry siempre había sido el díscolo de la familia y aunque intentaron inculcarle un poco de disciplina en el Ejército, parece ser que el joven prefería la fiesta y salir con una chica guapa cada mes. Su noviazgo con la joven actriz sorprendió a todos, ya que nadie pensaba que, por fin, fuera a sentar la cabeza. Por su parte, Meghan había participado en grandes series internacionales, como Suits, y tenía una carrera imparable en el mundo de la interpretación.
La pareja se conoció en Londres por mediación de unos amigos en común que les prepararon una cita a ciegas. Como comentaron tiempo más tarde, los dos estaban bastante nerviosos y, según parece, la chispa no surgió desde un primer momento. Aún así, se dieron otra oportunidad y, al día siguiente, volvieron a verse. Desde ese momento no se han separado. Un año más tarde, cuando Meghan ya había conocido a la reina Isabel, Meghan y Harry anunciaron su compromiso.
Lo cierto es que la actriz había querido dejarlo todo para seguir al amor de su vida y se había mudado a Londres, dejando atrás Canadá y Los Ángeles, dos de sus lugares favoritos. En una de sus primeras apariciones frente a las cámaras, cuando contaron que querían pasar por el altar, pudimos ver a una Meghan muy correcta y algo avergonzada por la presencia de tantas cámaras. Esta historia recordaba mucho a la del príncipe William, quien también se había enamorado de una mujer que no pertenecía a ninguna casa real ni a la ‘jet set’ británica.
Harry y Meghan pasaron por el altar el 19 de mayo de 2018 en la Capilla de San Jorge, en Windsor. Fue un acto multitudinario y muchos ingleses se agolparon a las puertas de la iglesia para ver cómo la feliz pareja se daba el ‘sí, quiero’. Tras convertirse en Duques de Sussex ambos centraron sus carreras en ayudar al prójimo y, por eso, era muy normal verlos en distintos actos benéficos.
A Meghan se la veía bastante cómoda, aunque nada que ver con Kate, que llevaba acostumbrada al regio protocolo muchos más años. Por eso, los medios de comunicación comenzaron a poner el foco en ambas, ya que parecía que entre ellas no había mucha sintonía. Los medios británicos siempre han defendido que entre las cuñadas había una mala relación y que no habían sabido congeniar muy bien. Lo cierto es que, gracias a la publicación del libro Finding Freedom, hemos podido saber un poco más sobre cómo era esa relación. Según dicho libro, sabemos que Meghan fue con buenas intenciones la primera vez que conoció a Kate y, por eso, decidió regalarle un pequeño cuaderno de dibujo, de la marca Smythson -que ronda los 250 o 300 euros- conociendo la pasión de Kate por el dibujo.
Aún así, los caracteres de ambas no encajaron del todo bien. Su tensa relación comenzó en la propia boda de Harry y Meghan, ya que la duquesa de Sussex decidió que las damas de honor no llevaran medias, haciendo caso omiso al protocolo. Y fue Kate quien insistió en que las pequeñas hicieran caso a la tradición. Finalmente Meghan consiguió salirse con la suya y las medias no se lucieron durante la ceremonia. En esta ocasión, y según cuenta el libro, fue Kate quien siempre intentó poner un poco de su parte pero otros medios de comunicación apuntan a que la culpa fue suya, ya que ella era quien tenía que haberse acercado un poco más a su cuñada y haberle dado algunos consejos. Lo cierto es que, según cuentan, ambas son mujeres muy diferentes, con intereses y experiencias muy distintas. Entonces, ¿por qué tendrían que mantener una buena amistad si nada les une?
Esta tirantez entre las dos es el contrapunto a la buenísima relación que mantienen Harry y William, quienes se unieron más después del fallecimiento de su madre. Aún así, la decisión de salir de la casa real parece ser que no gustó a nadie en Buckingham Palace y fue un motivo de peso para hacer que las parejas se distanciaran aún más. Ahora, Harry y Meghan intentan llevar una vida “normal” en California, lejos de Reino Unido, de los protocolos y de las cámaras de los fotógrafos. Ambos han hecho todo lo posible para empezar una vida nueva, ser autosuficientes y darle esa vida deseada a su pequeño Archie. Por el contrario, Kate y William siguen custodiando la casa real británica, siguen siendo la cara visible de la familia y siguiendo todo el protocolo y sus deberes a pies juntillas.