Ocho años han pasado ya de aquel discurso de Candela Peña en los Goya por el que se la linchó simplemente, y en palabras suyas, por ser una mujer posicionándose. Ante un Palacio de Congresos de Madrid abarrotado, la actriz contó en menos de un minuto cómo había visto morir a su padre en un hospital público donde "no había mantas para taparle ni agua para darle de beber". También plasmó su preocupación por la educación que recibiría Román, ese niño que acababa de salir de sus "entrañas". Y pidió trabajo. Ahora, tras haberse colocado en la posición que merece dentro de la industria, la de Gavá se ha subido al mismo escenario para seguir denunciando, esta vez al ganar un Platino por su trabajo en 'La boda de Rosa'.
Aunque este personaje escrito por Iciar Bollaín la convirtió en la favorita absoluta de la última temporada de premios, Candela no se esperaba recibir este reconocimiento de su amigo y compañero Javier Cámara. De ahí su espontaneidad al verse frente a centenares de "superhéroes", "actores y productores que consiguen el sueño de sacar películas adelante".
Como si fuese una representante de España en el certamen de Miss Mundo, una metáfora muy Peña, la última vencedora del Ondas se vio sobrepasada por haber vencido en los principales premios del cine iberoamericano contra María Mercedes Coroy ('La Llorona', Guatemala), Regina Casé ('Três Verões', Brasil) y Valeria Lois ('Las siamesas', Argentina). "Estoy muy orgullosa de mi cinematografía, de nuestras series y de ser los anfitriones esta noche", verbalizó con evidente nerviosismo.
Pero el cúlmen de su discurso llegó cuando habló de lo "caprichosa" que es su profesión, de esos momentos "que parecen buenos y que no lo son" y otros que "parecen malos" y no lo son tantos. De ahí que dedicase su primer Platino a la persona que ha estado a su lado en todos ellos, en esos altos y bajos que siempre ha querido reivindicar cada vez que le han dado una oportunidad: Pedro Garay, su representante.
Él, tal y como ha expresado mientras el auditorio entero la ovacionaba, "se ha comido todo" en esa carrera "rara" de Candela Peña por la que ha estado años sin proyectos, ha arrasado entre la crítica y se ha convertido en una estrella para los milenials gracias a 'La Resistencia'. "Te pido que me busques trabajo, que no tengo un duro en la cuenta", terminaba entre risas, emulando aquel discurso de los Goya que pronunció en 2013 cuando 'Tres pistolas en cada mano' le dio su tercer y último cabezón.