La sombrilla es indispensable para pasar el día en la playa al igual que beber agua para mantenerse hidratado y protegerse con crema solar. Puede dar pereza cargar con esa sombrilla, pero se agradece la sombra que proporciona, además de que pasar tantas horas al sol no es nada recomendable. A la hora de comprarla hay ciertas cosas que no solemos tener en cuenta así que vamos a enumerar los diez errores más comunes cuando se elige una sombrilla para la playa.
Cuanta mayor protección nos proporcione la sombrilla como barrera contra el sol mucho mejor. Muchas de ellas ya incorporan textiles con Factor de Protección Ultravioleta (UPF) 30 o 50 y con el máximo filtro de protección contra los rayos UVA y UV, como sucede con las cremas solares.
Dependiendo de las personas que vayáis a la playa necesitaréis una sombrilla de menor o mayor tamaño. Por ello es importante elegir el diámetro adecuado. Las más pequeñas proporcionan sombra para una persona de modo que cuando se trata de proteger a varias personas habrá que comprar la más grande.
Solemos buscar la sombrilla que nos parece más bonita o de nuestro color preferido. Sin embargo, lo más apropiado es decantarse por la más llamativa desde lejos. Eso quiere decir que debe ser distinta de las demás y si la queremos estampada que sea de motivos grandes. Es un truco sencillo para que los que nos acompañan sepan encontrar su sitio a la vuelta de un baño o de dar un paseo.
No solemos contar las varillas de la sombrilla. Como nota importante, cuantas más tenga soportará mejor el viento.
Las más resistentes y duraderas son aquellas cuyo esqueleto, es decir, cuyo palo y varillas, está fabricado en aluminio o en acero.
Para la playa son más recomendables los modelos con un anclaje en espiral que se clavan cómodamente en la arena, aunque a veces son difíciles de encontrar. Los anclajes lisos suelen ser más adecuados para clavar en tierra o en un jardín.
Ciertas sombrillas son demasiado ligeras e inestables si la zona de playa es ventosa y otras son muy pesadas para cargar con ellas. Conviene seleccionar la que creas que es consistente y fácil de trasportar.
Lo habitual es que la sombrilla se venda junto a una bolsa donde se guarda y que incorpora un asa para colgarla al hombro. Asegúrate de que la incluye porque en caso contrario es un bártulo muy incómodo de llevar.
La sombrilla debe incluir un soporte o un palo acabado en un pincho para clavarla en la arena. Por ello, es importante saber si la que vas a adquirir trae consigo uno o no. En el caso de que no lo tenga, habrá que comprarlo aparte.
También se comercializa un pincho de plástico o un soporte con la punta enroscada para introducirlo en la arena de modo que en su interior se mete el palo de la sombrilla. La ventaja es que aguanta sin que salga volando, aunque haga mucho viento.