Sabemos que uno de los pilares básicos de una relación es la comunicación. Entenderse en el día a día, evolucionar como pareja y resolver los conflictos que se presenten en la vida requiere de un buen entendimiento por parte de ambos. Pero por muy bien que te lleves con la otra persona, no siempre sabemos expresar deseos y necesidades, ni somos capaces de ponernos en el lugar del otro, dando paso a malos entendidos y discusiones. Para que tu relación crezca con buena salud y podáis evolucionar tal y como os gustaría, presta atención a estos errores que debes evitar tener una buena comunicación en pareja.
No es que tengas que reservar un día entero para tener una conversación, pero si sabes que dispones de poco tiempo o es posible que os interrumpan, es mejor no empezarla. También es importante preservar la intimidad, por lo que si se trata de un asunto importante, es mejor no hablarlo en una cafetería o un restaurante, y esperar a estar en casa. Y, por supuesto, nunca en presencia de otras personas.
Es cierto que no hay que dejar que pase tiempo cuando hay que hablar de algo importante, pero si partimos de un estado de alteración, más que en una conversación, nos encontraremos desde el principio en una discusión. Respira hondo, y cuando creas que puedes hablar y escuchar de verdad, adelante. Sin lugar a dudas será mucho más productivo para los dos y habrá merecido la pena.
Las conversaciones deben llevarnos a resolver conflictos y llegar a acuerdos. Empezarlas con el propósito de echar en cara al otro algo que ha hecho o dicho, no va a tener un buen final. No se trata, ni mucho menos, de callarse lo que nos molesta, pero es importante saber de antemano hacia dónde queremos ir.
Está claro que una conversación no es un monólogo. Es decir, no se trata de que uno de los dos hable y hable sin parar, sin dar opción a que el otro intervenga y dé su punto de vista. Pero no dejar que tu pareja disponga del espacio para expresarse como necesita le hará perder las ganas de hablar, y es más fácil llegar a la frustración y el enfado. Respetad los turnos de palabra y escuchad de manera activa cuando os toque hablar.
Es un error muy habitual pensar que sabemos qué pasa por la cabeza de la otra persona. Pero lo cierto es que no es así, por mucho que conozcas a tu pareja. No presupongas nada porque lo más probable es que no aciertes y haya un malentendido. Del mismo modo, no esperes que adivine qué estás pensando tú. Si quieres que lo sepa tienes que decirlo. Por mucho que os queráis y que os conozcáis, cada uno tiene una visión del mundo y su propia manera de pensar y de sentir.