Aunque asociamos la primavera con todo lo positivo que tiene la subida de las temperaturas o el aumento de las horas diarias de luz, los cambios propios de esta época pueden llegar a afectarnos de una manera negativa. Sentir cansancio repentino o alteraciones del humor es típico de esta estación a causa de la llamada astenia primaveral. Te contamos qué es, cuáles son sus síntomas más comunes y qué puedes hacer para acabar con ella y recuperar la vitalidad.
Es un trastorno pasajero causado por los cambios que se producen en nuestro entorno habitual y que nos afectan de diferentes maneras. Al aumentar las temperaturas, también lo hace la presión atmosférica, algo que nuestro cuerpo nota. Además, al haber más horas de luz, sin darnos cuenta retrasamos la hora de ir a dormir, por lo que descansamos menos de lo que necesitamos o de lo que estamos acostumbrados. Por no hablar de que alteramos el ritmo de comidas, porque de repente no es extraño cenar cuando aún es de día.
Todos estos cambios no afectan por igual a todo el mundo. De hecho, hay quienes no notan la llegada de la primavera o, al menos, no de manera negativa. Pero muchas personas ven alterados sus ritmos circadianos, que son los responsables de regular el apetito o el tiempo de sueño y vigilia. Cuando esto ocurre, aparecen síntomas que afectan a nuestras salud y estado anímico.
Aunque, como decimos, no todo el mundo experimenta la astenia primaveral ni con la misma intensidad, sí hay unos síntomas que se repiten y que son propios de este trastorno primaveral. Los más destacados son los siguientes:
Lo esperable es que estos síntomas desaparezcan en un par de semanas. Si no es así, debes consultar con tu médico para que descarte cualquier otro tipo de problema de salud.
Como decimos, lo habitual es que estos síntomas desaparezcan en un par de semanas, pero puedes reducir su intensidad y el tiempo de duración con unos sencillo consejos:
Comprobarás cómo los síntomas disminuyen o desaparecen y en cuestión de días recuperas tu energía habitual.