La música es un recurso que usamos en el día a día con diferentes objetivos. Dependiendo del tema que escuchemos estas notas melódicas tienen la capacidad de cambiar nuestra actitud hacia los retos que nos encontramos cada jornada. Por ejemplo, si no estamos teniendo nuestro mejor día, pero, sin esperarlo, suena nuestro tema preferido en la radio, podemos experimentar sentimientos de alegría y puede subir nuestro estado de ánimo. Aunque esto era algo que podíamos intuir, ahora la ciencia se ha encargado de certificarlo, por lo que podemos implementarlo junto a otros métodos como koseling.
Ha sido la Universidad de Pensilvania la que ha hecho un estudio en el que ha creado dos grupos de sujetos que iban a someterse a una intervención quirúrgica para comprobarlo. A uno de ellos le suministró la medicación habitual para pacientes con ansiedad, mientras que al otro simplemente le hizo escuchar música, pero no cualquier música, sino una canción en concreto. Tras analizar el impacto en cada uno de los dos grupos se dedujo que las melodías calmadas pueden tener un efecto tan bueno como la medicación que se suele proporcionar en estas situaciones. Según explica la mencionado universidad la reducción de los niveles de ansiedad en el grupo que recibió medicación y el que solo estuvo sometido a música calmada no fue significativamente diferente.
Quizás el tema que escogieron los expertos para el estudio no sea de los más conocidos, pero por sus efectos puede ser merecedora de que ahora muchas personas con problemas de ansiedad lo incorporen en sus playlist. Se trata de 'Weightless', una canción de Marconi Union de ocho minutos de duración. Su extensión no es lo único que lo hace diferente pues esta pista musical fue creada específicamente para cumplir este objetivo. La universidad explica que se colaboró con expertos en terapia del sonido: “[Se trabajó] con armonías, ritmos y líneas de bajo cuidadosamente arreglados y diseñados específicamente para calmar a los oyentes”. Y esta, quizás, sea la clave de su efectividad. Además de esta 'versión corta', se puede encontrar otra de horas de duración que puede ser el hilo musical ideal para unirlo a una actividad relajante, como pintar mandalas, tejer o incluso, simplemente, caminar.
Aunque este tema es especialmente efectivo para generar calma en el ser humano, pues ha sido específicamente creado para ello, esto no invalida lo efectos del resto de la música. Investigadores de la Universidad de Toronto han descubierto que escuchar música clásica puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés. La explicación científica de esto es que este género musical es capaz de disminuir las emociones negativas y por tanto provoca que el cuerpo segregue dopamina. Esta es la llamada hormona del placer, por lo que si además disfrutamos de la melodía, el efecto se intensifica.
La revista Auto Express publicó un estudio que dilucida cuál es el tipo de música para conducir y arrojó resultados que pueden sorprender. Un periodista realizó un circuito automovilístico mientras escuchaba diferentes tipos de música, desde metal, hasta pop pasando por. Los efectos de los diferentes géneros musicales fueron diversos. Con unos el conductor aceleraba de forma irregular, con otros disminuía el ritmo de la conducción hasta por debajo de la velocidad recomendada. Los resultados más positivos se obtuvieron cuando el sujeto estaba escuchando música pop: realizó todo el circuito solo 2 segundos más tarde que en la prueba que realizó sin música y se calificó como la conducción más suave.