El ayuno intermitente es una estrategia alimentaria, también conocida como "dieta", que alterna períodos de ingestión de alimentos -esta es la frecuencia con la que deberían estar presente en tu dieta- con períodos de ayuno. Esta práctica se centra en cuándo comer en lugar de qué comer, con el objetivo de mejorar la salud metabólica y facilitar la pérdida de peso. Muchos estudios hechos en animales (concretamente, en ratas) han demostrado resultados prometedores con el ayuno intermitente. Los animales no solo pierden peso, sino que también mejoran su presión arterial, colesterol y los niveles de glucosa en sangre. Pero, ¿qué sucede en los humanos? ¿Son tantos los beneficios para nosotros si seguimos la dieta del ayuno intermitente?
Las investigaciones hechas en humanos hasta la fecha indican que este tipo de ayuno es seguro y efectivo, aunque no necesariamente más que otras dietas. La evidencia sugiere que comer en un período de 6 horas y ayunar durante 18 horas puede cambiar el metabolismo del cuerpo, pasando de usar glucosa a usar cetonas como fuente de energía. Este cambio puede aumentar la resistencia al estrés, alargar la vida y reducir la incidencia de enfermedades como el cáncer y la obesidad -una enfermedad que se conoce más gracias a testimonios como el de Vicky Martín Berrocal-. Sin embargo, la comunidad científica está de acuerdo en que se necesita más investigación sobre los efectos a largo plazo del ayuno intermitente.
Para ponernos en contexto, la idea del ayuno no es nueva. Si rebobinamos en el tiempo, el ayuno ha sido practicado por diversas culturas y religiones durante siglos como una forma de purificación. Sin embargo, el ayuno intermitente moderno tal como lo conocemos ahora se popularizó en 2012 gracias al documental 'Eat Fast, Live Longer' del Dr. Michael Mosley y su libro 'The Fast Diet'. Luego, se publicaron libros con experiencias personales que relatan la transformación gracias al ayuno, como 'The 5:2 Diet' y 'The Obesity Code' y desde entonces, el ayuno intermitente ha ganado un lugar destacado en el mundo de la salud y el bienestar.
Después de este boom en la última década, los estudios revisados sobre el ayuno intermitente revelan que esta práctica no presenta riesgos significativos para la salud física o mental en adultos con diferentes niveles de peso, indicando una buena tolerancia general. La mayoría de los ensayos de intervención mostraron una pérdida de peso notable bajo varios regímenes de ayuno intermitente, lo que respalda su efectividad como estrategia para la gestión del peso. Sin embargo, se observó que el ayuno en días alternos puede ser efectivo para reducir el peso y mejorar los marcadores metabólicos como glucosa e insulina en ciertos estudios, aunque su aplicación puede verse limitada por el desafío del hambre intensa en los días de ayuno.
El ayuno intermitente es flexible y fácil de seguir. No es necesario contar calorías todo el tiempo, ni pesar alimentos, ni seguir a rajatabla un régimen de alimentos. ¿Qué puedes esperar si empiezas a practicar el ayuno intermitente? Aquí van algunas cosas que podrían suceder:
Como dato curioso, el ayuno intermitente no solo facilita la pérdida de peso, sino que también puede reducir el riesgo de enfermedades como la diabetes y el cáncer. Según la ciencia, este método de alimentación poco convencional podría incluso contribuir a una vida más larga, como han demostrado estudios en animales. Además, se ha observado que mejora la concentración y favorece la salud intestinal, entre otros beneficios destacados por la investigación, subrayando así su potencial para mejorar la salud y la calidad de vida.