La cantidad de agua recomendable que hay que beber en verano: 1,5 litros al día no bastan

Con la llegada del verano, las temperaturas suben y la necesidad de mantenernos bien hidratados se vuelve imprescindible. El agua, ese nutriente esencial a menudo olvidado, constituye entre el 55% y el 80% de nuestro cuerpo. Es vital para muchos procesos fisiológicos, desde la termorregulación hasta el transporte de nutrientes y la eliminación de desechos. Estar perfectamente hidratado es fundamental para asegurar el buen funcionamiento del cuerpo y de la mente, y mantener un equilibrio en el resto de sistemas corporales, como la piel o el cabello. En verano, cuando sudamos más, la importancia de una hidratación adecuada se vuelve aún más evidente. 

Según el Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS), se estima que perdemos aproximadamente 2,5 litros de agua al día a través de la respiración, el sudor -que, además, mancha nuestra ropa-, la orina y las heces. Esta cantidad se debe ir reponiendo para mantener el equilibrio hídrico del organismo. O lo que es lo mismo, que la cantidad de agua ingerida y la cantidad de agua eliminada del cuerpo estén en balance. 

Sin embargo, ¡atención! Según datos del IIAS, a pesar de la importancia de la hidratación, el 75% de los españoles no alcanzan las recomendaciones diarias de ingesta de agua sugeridas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por esta razón, este instituto insiste en la necesidad de fomentar una auténtica cultura de la hidratación en la sociedad.  

Por qué mantenernos bien hidratados es crucial 

Durante los meses de calor, el cuerpo trabaja más para mantener su temperatura dentro de un rango saludable para que no nos afecte la temperatura exterior. Esto aumenta la pérdida de agua a través del sudor, lo que es vital para evitar el sobrecalentamiento. Además, el agua es esencial para muchas otras funciones, sea verano o no: 

  • Cerebro: ¡No subestimes el poder del agua para tu mente! Mantenerse hidratado es crucial para que el cerebro funcione al máximo. Incluso una deshidratación leve puede hacer que pierdas concentración y te sientas agotado. En los días calurosos, perdemos más agua y electrolitos, lo que puede afectar nuestra capacidad cognitiva. Estudios muestran que solo una deshidratación del 1-2% puede impactar seriamente tu memoria y rendimiento mental. 
  • Células: El agua es vital para transportar carbohidratos, vitaminas, minerales y oxígeno a tus células. En verano, este proceso se vuelve aún más importante para mantenernos llenos de energía y saludables. Si no bebes suficiente agua, podrías sentirte sin fuerzas y tus células no funcionarán de manera óptima. ¡Dale a tus células un refresco!  
  • Digestión: El agua es esencial para la digestión y la absorción de nutrientes. La deshidratación puede ralentizar todo el proceso y causar problemas como el estreñimiento. Mantén tu digestión en movimiento.  
  • Corazón: Tu corazón también necesita agua. Mantener un equilibrio hídrico adecuado es clave para la función cardíaca y para mantener la presión arterial en niveles saludables. La deshidratación puede reducir el volumen de sangre, lo que obliga a tu corazón a trabajar más duro para bombear sangre de manera eficiente. 
  • Riñones: Dale un respiro a tus riñones. Una buena ingesta de agua ayuda a tus riñones a eliminar desechos y regular los niveles de sodio y otros electrolitos. En verano, la sudoración puede desajustar estos niveles. Además, los riñones ayudan a mantener un equilibrio ácido-base, crucial para un pH estable, y actúan en la producción de hormonas que controlan la presión arterial. 
  • Músculos y articulaciones: El agua actúa como lubricante para tus articulaciones y ayuda a mantener los músculos funcionando correctamente. En verano, cuando la actividad física al aire libre aumenta, la hidratación es clave para evitar calambres y asegurar una rápida recuperación después del ejercicio. 
  • Temperatura corporal: El agua es esencial para la termorregulación, ayudando a disipar el calor y mantener una temperatura corporal adecuada. La sudoración es el principal mecanismo de enfriamiento del cuerpo, y sin una hidratación adecuada, este proceso se ve comprometido. Mantén la frescura con suficiente agua y disfruta del verano al máximo. 

Cuánto hay que beber 

Entender la importancia de la hidratación es solo el primer paso. Aplicarla en la vida diaria puede ser todo un desafío. ¿Cuánta agua realmente necesitas? ¿Cómo puedes asegurarte de mantenerte bien hidratado a lo largo del día? La respuesta no es universal y varía según la persona, el clima, la actividad física y otros factores ambientales. Durante el verano y en momentos de ejercicio intenso, las necesidades de agua aumentan significativamente para mantener un equilibrio saludable y un rendimiento óptimo. 

Según estima la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, lo que necesita de media cada grupo de personas es lo siguiente: 

  • Los niños de 1-2 años necesitan 1,1-1,2 litros por día. 
  • Los niños de 4-8 años necesitan 1,6 litros por día. 
  • Los adolescentes (9-13 años) necesitan 2,1 litros por día (hombres) y 1,9 litros por día (mujeres). 
  • Los adultos necesitan 2,5 litros por día (hombres) y 2,0 litros por día (mujeres). 
  • Las mujeres embarazadas necesitan 2,3 litros por día. 
  • Las mujeres lactantes necesitan 2,0 litros más 0,7 litros por día. 

Al contrario, también es posible consumir demasiada agua si se tienen ciertas condiciones de salud, como enfermedades tiroideas o problemas renales, hepáticos o cardíacos; o si se está tomando medicación que causa retención de líquidos, como los antiinflamatorios no esteroideos, analgésicos opioides y algunos antidepresivos. No esperes a sentir sed; esa es una señal tardía de deshidratación. Mantén una ingesta regular de líquidos para asegurar que tu cuerpo funcione óptimamente.  

Impacto de los ansiolíticos en la hidratación 

En España, el consumo de ansiolíticos, especialmente benzodiacepinas, es notablemente alto según el informe de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) de 2020, que registró aproximadamente 95,76 dosis diarias definidas (DDD) por cada 1.000 habitantes en 2018. Estos medicamentos pueden tener un impacto significativo en la hidratación del cuerpo, aumentando la necesidad de agua, especialmente durante los meses cálidos del verano. Los efectos secundarios comunes incluyen boca seca, alteraciones en la sudoración y una mayor producción de orina, todos los cuales pueden contribuir a la deshidratación si no se manejan adecuadamente. 

Además, ciertos ansiolíticos pueden interferir con la regulación de la temperatura corporal, lo que subraya la importancia de mantener una hidratación adecuada para prevenir complicaciones como golpes de calor. Es crucial que las personas que toman ansiolíticos consulten con su médico para determinar la cantidad adecuada de líquidos que deben consumir diariamente, ya que estos medicamentos pueden afectar la percepción de la sed y reducir el impulso de beber agua. La boca seca es un efecto secundario común que reduce la producción de saliva y puede afectar la sensación de sed, mientras que algunos ansiolíticos pueden alterar el equilibrio de electrolitos en el cuerpo, lo que también puede tener un impacto negativo en el estado de hidratación del individuo. En resumen, para mantener un adecuado equilibrio hídrico mientras se toman ansiolíticos, es esencial seguir las recomendaciones médicas y estar atento a cualquier cambio en la sed y en los síntomas relacionados con la hidratación. 

Consejos prácticos para beber más agua 

A continuación, algunos consejos con los que podrás manejar tu hidratación de manera efectiva y garantizar que estás listo para enfrentar cada día, especialmente durante la temporada de verano

  • Comienza tu día lleno de energía con un vaso grande de agua para reponer los líquidos perdidos durante la noche, que pueden sumar hasta medio litro debido a la transpiración y la respiración.  
  • Otra opción es llevar contigo una botella reutilizable de acero inoxidable o vidrio para disfrutar de agua fresca durante todo el día y asegurarte de controlar tu consumo con botellas que te ayuden a visualizarlo fácilmente.  
  • Seguro que has visto que hay aplicaciones en las que puedes establecer recordatorios regulares para beber agua.  
  • Otra idea es que pruebes a refrescarte con agua saborizada naturalmente, ya sea con limón, menta o frutas como fresas y pepinos.  
  • ¿Has probado alguna vez batidos con agua en lugar de leche para mantener la hidratación y reducir calorías?  
  • También puedes congelar una botella de agua para tenerla siempre fría durante tus excursiones o actividades al aire libre.  
  • En los restaurantes, prueba a elegir agua o agua con limón en lugar de bebidas azucaradas para mantener tu hidratación y salud óptimas.  
  • Añade a tu dieta diaria frutas y verduras con alto contenido de agua, como sandía, melón, pepino y tomate.  
  • Además, puedes probar de comer platos líquidos como sopas y cremas frías para aumentar tu ingesta de líquidos y disfrutar de un verano sin preocupaciones de salud. 

Como hemos visto, la hidratación es fundamental para el bienestar, especialmente en verano. El agua no solo ayuda a mantener la temperatura corporal y a realizar funciones vitales, sino que también mejora la función cognitiva y el rendimiento físico. Siguiendo estos consejos y asegurándote de beber suficiente agua, podrás disfrutar del verano al máximo y mantener tu cuerpo en óptimas condiciones.  

 Te puede interesar:

Temas