¿Quién no tiene una regleta de enchufes en casa? Este tipo de dispositivos se han convertido en un imprescindible, porque nos ayudan a exprimir al máximo todos los puntos de luz que tenemos en casa y es que a veces estos no son suficientes, sobre todo ahora que se han multiplicado los aparatos tecnológicos que usamos en casa. Además resultan muy prácticos, porque son una barrera frente a las sobrecargas eléctricas e incorporan un interruptor que permite cerrar el consumo de energía en los aparatos que no se usan con frecuencia, como los pequeños electrodomésticos del tipo de una cafetera. Pero los expertos dicen que hay una serie de casos en los que estos dispositivos nos podrían hacer gastar más.
Este tipo de regletas se han popularizado con el tiempo porque en estancias como la cocina, donde solemos usar varios electrodomésticos a la vez como la cafetera, la tostadora y ahora otros como la airfryer -así puedes limpiarla-, no son suficientes los puntos de luz con los que viene equipada la casa. Pero precisamente por la abundancia de aparatos electrodomésticos que solemos dejar enchufados a las regletas en absoluta dependencia del interruptor de estas deberíamos tener en cuenta algunos factores que podrían estar provocando un consumo fantasma.
Si no sabes que quiere decir esta expresión, suele usarse cuando se produce un gasto de electricidad casi imperceptible en un hogar, del cual sus habitantes no suelen ser conscientes. Esto ocurre en los equipos que están permanentemente conectados, pero no se usan constantemente, por ejemplo, cuando apagamos la tele con el mando, pero sigue encendido el pilotito rojo que indica que sigue conectada a la corriente. También pasa, cuando cerramos la tapa del portátil pero este sigue cargando.
Puede que ya intuyas lo que ocurre con las regletas que es algo parecido a lo que les pasa a estos aparatos que tienen un proceso de 'doble encendido'. Y es que si mantenemos la regleta permanentemente encendida, aunque apaguemos los aparatos que están conectados a ella, por ejemplo una plancha del pelo -esta es la temperatura a la que deberías usarla-, o un ordenador, se seguirá produciendo un consumo, aunque sea mínimo. Pero este consumo mínimo se acumula y a final de mes influye en la capacidad de ahorro de los hogares. Sin embargo esto tiene una solución pues se puede reducir este gasto apostando por un tipo de regletas concreto que quizás no todo el mundo conoce. Y es que existen las regletas inteligentes, las cuales permiten determinar mediante programación su apagado en los horarios que establezcamos, especialmente aquellos en los que los dispositivos conectados no estén en uso.
Tal y como explicamos, la idea es que la propia regleta se desconecte en periodos que no haya actividad energética, por tanto no tiene sentido usarlo en aparatos que están en constante uso, como el router o el frigorífico. Lo ideal es reservar estos dispositivos para aquellos electrodomésticos que usamos de manera intermitente: como la tostadora o la máquina de espumar el café. Por otro lado este tipo de aparatos son una buena inversión porque son más seguros. Una regleta convencional puede gestionar de manera segura electrodomésticos de bajo consumo, pero los que requieren una mayor cantidad de electricidad podría sobrecargarla.