Cuando nos preocupamos por nuestra salud y bienestar, también queremos cuidar nuestro bolsillo. Muchas veces elegimos nuestros productos en el supermercado basándonos en un presupuesto ajustado, buscando optimizar nuestras compras para mejorar nuestra alimentación -las frutas son un gran aliado- y practicar un consumo responsable y sostenible. En los supermercados de hoy en día, hay una gran variedad de opciones que nos permiten tomar decisiones informadas que afectan nuestra salud diaria. Desde alimentos frescos hasta productos envasados, cada elección cuenta (y ojo a los que no recomendamos llevar a la playa, como apunta el siguiente vídeo). Al entender los principios básicos de la nutrición y aprender a leer las etiquetas, podemos identificar fácilmente opciones saludables, económicas y sostenibles.
Comer saludable no tiene por qué ser caro. De hecho, algunos de los alimentos más nutritivos también son los más accesibles. Mantener estos alimentos en nuestra cocina hace más sencillo resistir la tentación de comida rápida o snacks poco saludables, permitiéndonos mantener una dieta equilibrada sin gastar demasiado.
Adaptarnos a las fluctuaciones del mercado y aprovechar las oportunidades de compra puede marcar una gran diferencia en nuestra economía. Estar al tanto de las promociones y cambios estacionales nos ayuda a maximizar el valor de cada visita al supermercado. Este enfoque no solo asegura una alimentación equilibrada, sino que también fortalece nuestra capacidad para administrar eficazmente nuestros recursos económicos, promoviendo un estilo de vida más saludable y económico.
A continuación, 15 consejos para comprar saludable mientras ajustamos el presupuesto:
1. Haz un presupuesto y síguelo. Establece un presupuesto semanal o mensual para tus compras de alimentos y adhiérete a él. Esto te ayudará a controlar tus gastos y a evitar compras impulsivas.
2. Inventario de nuestra despensa. Haz un listado de lo que tienes en casa. Toma notas después de inventariar la despensa o la nevera, y organiza las comidas de la semana para usar lo que ya tienes. Esto también te ayudará a preparar la lista de la compra y a evitar olvidos al hacer la compra.
3. Planificación semanal. Planificar comidas en casa, las comidas en la oficina y las cenas. Prioriza usar lo que ya tienes en casa. A la hora de hacer el listado, se puede enfocar por alimentos como frutas, verduras de diferentes colores, y proteínas magras como pescado, pollo o opciones vegetales como tofu. Para completar esta lista, incluir legumbres enlatadas, granos enteros como arroz integral o quinoa, y productos lácteos o alternativas como yogur griego.
4. Orgánico vs. convencional. Los productos orgánicos son más sostenibles para el planeta porque apoyan un sistema agrícola libre de fertilizantes y pesticidas sintéticos, promoviendo la biodiversidad y protegiendo recursos como el agua, el suelo y la vida silvestre. Sin embargo, no está claro si son más saludables para las personas y para ello se necesitan más estudios. Aunque los alimentos orgánicos tienden a ser más caros, puedes consultar la lista Dirty Dozen y evitar comprar frutas y verduras con altos residuos de pesticidas, como fresas y espinacas. Por otro lado, apuesta por alimentos no orgánicos que pertenecen al grupo Clean Fifteen, que tienen los niveles más bajos de residuos de pesticidas, como son los aguacates o las piñas.
5. Compra conscientemente y compara. Compara precios en diferentes tiendas y aprovecha ofertas y descuentos, ya que puede significar un gran ahorro a final de mes. Además, con tarjetas de fidelización y utilizando cupones y aplicaciones de cupones podemos ahorrar dinero.
6. Evita compras impulsivas al no hacer la compra con hambre y consumir un snack saludable antes de entrar al supermercado, como nueces, almendras, plátano o pan integral.
7. Aprovecha los descuentos del día en productos cercanos a su fecha de caducidad, como alimentos enlatados o congelados sin aditivos, como verduras cortadas, legumbres hervidas, pollo o pescado.
8. Opta por paquetes grandes de snacks saludables y económicos, como nueces sin sal y frutas frescas como uvas, y evita snacks procesados que pueden contener ingredientes poco saludables.
9. Compra a granel cuando sea posible. Algunos supermercados ofrecen la opción de comprar granos, frutos secos, y otros productos a granel, lo cual suele ser más económico que las versiones empaquetadas.
10. Aprovecha las temporadas de cosecha. Comprar frutas y verduras de temporada no solo es más económico, sino que también garantiza productos frescos y con mejor sabor.
11. Prepara tus propios platos. Evita comprar alimentos procesados o precocinados, que tienden a ser más caros y menos saludables. Preparar tus propias comidas te permite controlar los ingredientes y ahorrar dinero.
12. Aprovecha al máximo los restos. No desperdicies alimentos. Aprende a reutilizar sobras para crear nuevas comidas o refrigerios, lo cual no solo ahorra dinero sino que también reduce el desperdicio de alimentos.
13. Considera opciones vegetarianas o veganas. Los alimentos de origen vegetal suelen ser más económicos y pueden proporcionar una nutrición excelente. Incorporar más alimentos como verduras, legumbres, tofu y tempeh a tu dieta puede ser una opción rentable y saludable.
14. Compra productos locales. Apoyar a los productores locales no solo beneficia a la economía local, sino que también reduce la huella de carbono al reducir la distancia que los alimentos deben viajar.
15. Explora diferentes secciones del supermercado. No te limites a las secciones habituales. A veces, productos como legumbres, especias o granos enteros pueden ser más baratos en secciones menos concurridas del supermercado.
Por último, si nos enfocamos en alimentos más densos nutricionalmente nos saldrá más a cuenta. Algunas ideas incluyen incorporar vegetales de hoja verde oscuro como la espinaca y la col rizada, optar por proteínas magras como el pollo o el tofu, y elegir granos enteros como la quinua y el arroz integral. Estos alimentos no solo son nutritivos, sino que también son versátiles y pueden formar la base de comidas saludables y económicas.