Es posible adelgazar caminando y sin darte apenas cuenta. Si crees que necesitas perder peso, andar puede ser más eficaz y beneficioso que seguir una dieta estricta, por mucho que cuidar la alimentación sea esencial. No todo el mundo se siente cómodo en un gimnasio, o puede que lo tuyo no sea salir a correr y, por suerte, no hace falta. Caminando puedes regular tu peso y mejorar tu estado de salud, siempre que sigas algunas reglas esenciales. Toma nota y comienza a disfrutar de saludables caminatas que te ayudarán a deshacerte de esos kilos de más.
Esta regla es la más importante y, posiblemente, la más difícil de cumplir. Crear hábitos nuevos requiere de fuerza de voluntad, pero es necesario que seas constante para obtener resultados. Debes salir a caminar tres veces por semana como mínimo, durante una hora cada día. Si sales más días a la semana, mejor.
Debes prestar atención, sobre todo, al calzado. Necesitas unas zapatillas que sean cómodas y ligeras, para que tus caminatas sean agradables y tus pies no sufran por ello. Además, la ropa debe ser transpirable, en cualquier época del año, de tejidos como el algodón.
Caminar no es correr, eso está claro, pero sí que hay que llevar un buen ritmo al andar para que realmente sea efectivo. Si quieres comprobar con facilidad cuál sería tu velocidad máxima, debes poder hablar pero sin llegar a perder el aliento.
Al caminar no solo consigues perder grasa acumulada, también tonificas tu musculatura, sobre todo la de piernas y glúteos. Para que esto ocurra y, sobre todo, evites lesiones, debes vigilar tu postura: mantén la espaldas recta y mira al frente, respetando el balanceo natural de los brazos y sin dar grandes zancadas.
Hemos hablado de que hay que llevar una buena velocidad al caminar. Ahora lo complicamos un poco y añadimos que es necesario variar la intensidad. Según por dónde camines puede que te encuentres con diferentes elevaciones del terreno o escaleras, que ya marcan un cambio de intensidad. Si no, procura cada diez minutos hacer un cambio en la velocidad, para acelerarla o disminuirla.
Puede que no te interesen los ejercicios de fuerza, pero eso no significa que no sean necesarios. De hecho, los expertos los consideran imprescindibles para mantener una buena forma física. No hace falta que levante kilos y kilos de peso, pero sí que incorpores a tu actividad semanal rutinas con peso que aumenten tu masa muscular y, de paso, aceleren la quema de grasa.
Conseguir la constancia haciendo algo que nos desagrada es complicado. Así que busca las formas de hacer que tu caminata sea lo más agradable posible: busca lugares bonitos para andar, escucha música mientras caminas o hazte con una equipación que te motive a salir con ella.