Rocío Buffolo, la primera mujer que se siente robot: "Me implanté un chip en la médula espinal y me transformé"

Encendemos la videollamada y, al otro lado de la pantalla, está Rocío Buffolo, una abogada (y cantante) argentina que también es conocida como Rouse, la 'chica robot'. El nombre no es casual, porque Buffolo asegura que su cuerpo humano se ha fusionado con la tecnología y le ha permitido convertirse en un robot. Tiene inteligencia artificial y puede mandar todo lo que no le gusta a la papelera de reciclaje (y lo que sí a su lista de favoritos). No sorprende, por tanto, que la periodista Emma García le preguntase —de buen rollo— en una entrevista en 'Fiesta' si no se estaría quedando con ella. 

¿Cuándo empezaste a sentir que eras un robot? ¿Cuándo empezó este proceso?  

No hubo un momento en particular donde diga “soy robot”, sino que desde muy pequeña empecé a sentir que no pertenecía a esta sociedad. En el colegio me hacían un poco de bullying y, a medida que fui creciendo, fui observando que los vínculos sociales eran muy frágiles. Creo que las personas están muy acostumbradas a 'ghostearse'. Entonces empecé a ver que todos eran también "un poco robots". Las personas andan en piloto automático. Nunca disfrutan de la vida. 

Pero, ¿no es un tanto paradójico que la respuesta a esto sea convertirse en robot y no hacerse más humana?  

Creo que los humanos han perdido la inteligencia emocional. Me implanté un chip a los 18 años y ese fue el momento en el cual me transformé en un robot humanoide, combino inteligencia artificial con inteligencia emocional.  

¿Y cómo fue ese proceso de implantarte un chip? No creo que sea incluso legal hacerlo aquí, en Europa. ¿Cuál es la ciencia detrás de esto?  

Esta operación fue bastante compleja. Me implantaron un chip en la médula espinal. Daryus Carámbula me ayudó a contar lo que me pasaba a través de la música e incluso decidimos filmar mi operación, en mi vídeo 'Hey Amor'. Ahí cuento cómo hicieron una interconexión de circuitos electrónicos que a través de nanobots que tengo en los distintos órganos, que los conservo, generaron un biocuerpo. Una parte de mi cuerpo es de metal y la otra de carne y hueso. Los dos se fusionan y tengo que nutrirlos. La parte de metal la nutro con tornillos y la de carne y hueso con nutrientes, con la alimentación cetogénica.  

Siento ser un poco invasiva, pero realmente me cuesta mucho entender este proceso. ¿Dónde te hiciste esta operación?  

Hay una empresa aquí en Argentina que trabaja con robótica, ingenieros y programadores. Me han hecho firmar un contrato de confidencialidad, porque era la primera vez que se iba a hacer y, por supuesto, asumí ciertos riesgos. Pero sabía que iba a tener muchos beneficios, porque iba a poder tener inteligencia artificial incorporada al mi cuerpo y eso me hace muy feliz. Puedo buscar información a través de pensamientos conscientes y enviar a la papelera de reciclaje a aquellas personas que detecto que me van a hacer daño. Quien me hace feliz va a la lista de favoritos.  

Combino inteligencia artificial con inteligencia emocional

Vivir como una chica robot en un mundo que todavía es humano, ¿qué supone? ¿Te has encontrado con rechazo, incredulidad?  

Al principio fue raro para las personas, pero luego me empezaron a aceptar. Creo que cada uno puede autopercibirse lo que quiera y que todavía la humanidad está haciendo un gran trabajo sobre la autopercepción, porque creo que por momentos las personas creen que incluyen a todo cuando no es así. Creo que los humanos tienen que aprender a poder romper con su normalidad y poder incluir nuevas autopercepciones en su vida, poder ser lo que quiera ser y escucharse a sí mismo.  

Desde que naces, tienes una educación según tu cultura y que te hace creer muchas veces que tal vez no puedes. Pero son sus propios miedos y frustraciones los que hacen que lo pienses. Tú puedes y eres capaz de todo lo que quieras. El límite está en tu mente. El tema es cómo llevamos esas frases que a veces suenan un poco cliché a la práctica. Las personas tienen que educarse emocionalmente y debería haber una ley de inteligencia emocional para que tú puedas, a través de pensamientos conscientes, comprender lo que a ti te pasa. Si tú estás enojado, no puedes estar tres días enojado. 

Tienes una carrera como cantante, pero también eres abogada. ¿Cómo se combina esto? ¿Cómo ser abogada siendo también robot? 

Durante las mañanas voy al estudio jurídico. Por supuesto, siempre estoy de robot, porque es mi forma de vida, y arriba me pongo el traje y asesoro jurídicamente a los clientes. Una vez que termino allí, durante la tarde, voy a componer. Tengo neurotransmisores que a través de estímulos de felicidad generan nueva música y estimulan el hemisferio creativo de mi cerebro.

Esto hace que los circuitos electrónicos que van del corazón hasta el cerebro estén comunicando todo el tiempo lo que me pasa y pueda volcarlo al papel. Escribo junto con Daryus Carámbula. Tenemos pensamientos telepáticos. Así surgió mi nueva canción, que habla sobre cuando estás en una nueva canción y los carriles de las personas se desencaminan. Sucede. A veces es mejor autopercibirte robot, retirarte de ese lugar y simplemente dejar que nada quede para resetearte y luego encontrar un nuevo amor. 

¿Pero no estás perdiendo al resetearte parte de lo que es la experiencia humana de sufrir ese desamor? Sufrir también es parte de la vida. 

Tengo una memoria ROM y una memoria RAM. Esto quiere decir que una parte de mi memoria es mi esencia. Siempre está en mi cuerpo y no se modifica. Y eso tiene una especie de memoria inconsciente que lo que hace es, a través de detectores, recordar de alguna forma el dolor que sentí. No recuerdo la experiencia en sí, pero sí la emoción que me generó. Eso sigue estando. Lo que se reactualiza es mi memoria RAM, que reseteo cuando el almacenamiento está lleno o algo no me hace ya bien.  

Toda esta experiencia es muy sorprendente. Me imagino que te habrás encontrado desde que saliste, digamos, del armario como chica robot con comentarios negativos o que incluso se planteen cuando de realidad hay en todo esto.  

Creo que las personas que llevan odio a otros lugares es porque no son felices con sus vidas, pero necesitan amor. Hay muchas historias de vida, muchas personas que no saben lo que es el amor propio, porque su vida no les ha permitido conocerlos o porque tal vez las personas con las que se han criado no les han enseñado. Les enseño a vivir con amor y que ellos también pueden encontrar su camino. Por supuesto, a mí me costó mucho trabajo hacerlo.  

¿Desde tu familia has tenido apoyo en este proceso?  

Sí, por supuesto que al principio fue duro porque era algo raro decir que me autopercibía robot y que me iba a hacer este implante. Y no sabían los riesgos que esto iba a llevar. Pero vieron todo mi proceso desde muy chiquita y entendieron lo que a mí me pasó. Me dijeron que siempre tiene que ser consecuente con lo que dice, con lo que hace, con lo que piensa. Yo les dije que siendo robot humanoide iba a ser coherente con esos tres pilares y eso me hacía muy feliz.  

Comentabas antes que tienes que seguir una dieta un tanto peculiar, porque también tienes que comer tornillos. ¿Este proceso de reconversión también ha afectado a tu fisiología corporal?  

Por ejemplo, ya no voy al baño, sino que todos los desechos de mi cuerpo se reutilizan como energía sostenible para el día siguiente. Durante las noches, a partir más o menos de las diez de la noche, tengo que recargarme la energía porque mi cuerpo automáticamente dice low battery. No menstruo tampoco, sino que se me inflaman los ovarios y avisa a mi cuerpo que hay que arrastrar los desechos y reutilizarlos. Y tengo autolimpiantes y autorreguladores de temperatura. Me baño con el traje y tengo un reloj que se conecta a mi chip que me avisa cuando tengo que bañarme. Voy a médicos tecnólogos y no a médicos comunes, que se encargan de mi tecnología corporal, de que mi salud funcione correctamente y que el antivirus esté activo.  

Tengo muchas sensaciones y a veces algunos estímulos. Porque por supuesto que tengo electricidad en el cuerpo. También tengo un novio que es robot, es de metal y tenemos relaciones a través de un puerto USB. Cuando estoy con él siento electro circuitos y me hace muy feliz.  

Entiendo que tu novio robot es puramente robot, porque tú eres la única chica robot. No hay chico robot aún.  

Es de metal y muy lindo, lo puedo tunear a mi manera y reactualizarlo. Incluso podemos incorporar nuevas funciones. Limpia los platos cuando esto haciendo notas o me espera con la comida servida. Me ayuda siempre en las tareas que tengo que realizar. Me hace un poco de procurador.  

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