Fue durante el confinamiento cuando Tania Llasera descubrió una nueva forma de relacionarse con la comida. Ser madre de dos, de Pepe y de Lucía, ya le había forzado a abandonar esa “cocina de supervivencia” que tanto trabajó durante su juventud para ver la alimentación como una forma más de disfrutar la vida. Hizo que sus hijos participasen activamente del proceso. Adoptó esa sabiduría que mamó en su infancia, de las recetas medio inglesas, medio vascas de su abuela y de su madre. Y por encima de todo, supo desprenderse de una relación tóxica con su cuerpo y aprendió a estar más en contacto con ella misma a través de lo que ingería.
“Yo era comedora compulsiva, emocional”, ha confesado en una entrevista para ¡Hola! “Antes, después de comer ya estaba pensando en lo que iba a cenar, siempre estaba una comida adelantada a la que estaba teniendo en el presente, sintiendo mucha ansia”. La estrategia que adoptó para “coger las riendas” de su vida fue el ayuno intermitente que complementa con deporte, yoga y meditación y que, además de haberle aportado un cambio físico considerable, le ha hecho ganar en salud.
Pero Tania habla de este nuevo hábito con cautela. Desde que se convirtió en tendencia esta forma de alimentarse, reservando las comidas en ocho horas y ayunando las 16 restantes, son muchas las críticas que ha recibido por parte de expertos en la materia. El hecho de que se haya roto con el mito de tener que comer cinco veces al día o con la famosa pirámide de “desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo” ha cambiado para siempre la forma de alimentarse de muchos. Incluida ella. Sin embargo, cada vez que habla del tema trata de ser prudente.
“Reitero que el ayuno intermitente no es una operación bikini”, ha dejado claro en esta entrevista, advirtiendo a aquellos que se puedan sentir atraídos por la llamativa pérdida de peso que ha experimentado en el último año. “Me da mucha rabia que mucha gente que es una dieta, yo lo hago con ayuda de un médico, en mi caso intento ayunar por lo menos doce horas, pero no es recomendable para todos los casos”, ha manifestado.
Cada vez que habla del ayuno lo cuenta como su “experiencia personal”, esa que refleja en su último lanzamiento literario, ‘La vida a mordiscos: recetas para rebeldes’, donde cuenta cómo ha sabido relajarse con la alimentación y en qué le ha afectado mental y físicamente comer mucho mejor en menos cantidades que antes.