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Cómo organizarte en tu día a día: aprovecha bien tu tiempo

Saber cómo organizarte en el día a día es la clave para que la suma de obligaciones no te desborde y puedas disfrutar de tu tiempo libre. La verdad es que no resulta fácil, sin un buen plan, salir airosa de esa jornada que se supone que debemos cumplir a diario: trabajar (incluyendo el desplazamiento), preparar la comida (y la cena), hacer la compra, tener la casa limpia y ordenada…

Si tienes hijos, puedes añadir la llevada y recogida de clase, supervisión de deberes, duchas y rutinas de sueño, etc. Con todo esto, hay que dejar espacio para el autocuidado, faltaría más, así que toca hacer malabares para ir al gimnasio, sentarse a leer un libro o ver una serie, darse un baño relajante o, sencillamente, no hacer nada. ¿Es posible llegar a todo con un poco de organización y sin que nos desborde el estrés? Al parecer, sí. Toma nota de estas recomendaciones y recupera el control de tu vida. 

Si no llegas a algo, descártalo

Puede parecer contradictorio, pero lo cierto es que abarcar más de la cuenta no solo puede resultar agotador sino, de manera inevitable, frustrante y agotador. Piensa en lo que tienes que hacer a lo largo del día y, de todo lo que se supone que es de obligado cumplimiento, identifica aquellas responsabilidades autoimpuestas que se escapan a tu disponibilidad. A lo mejor no tienes que asumir carga extra en el trabajo o responsabilizarte de tareas en casa que pueden repartirse o gestionarse de manera más eficaz. 

Y en cuanto a los objetivos personales, valora que puedes llevarlos a cabo con ganas y concentración, porque, al igual que con el resto de cosas, si no dispones de toda la energía necesaria, puede que sea mejor esperar un poco. Si consigues organizarte bien, es posible que en cuestión de poco tiempo puedas abarcar todo lo que quieres, incluyendo el ocio y el descanso. Cuando notes que puedes cumplir con tu plan diario, sin llegar al final del día agotada, te sentirás muy satisfecha.

Haz una lista

Las listas son altamente eficaces en todo lo relacionado con la organización y el aprovechamiento del tiempo. Puedes prepararlas semanalmente y añadir todo aquello que pueda ir surgiendo, como una visita al dentista o una cena con amigas. Pon las tareas en orden y cúmplelas una a una. Tarea hecha, tarea tachada. Así podrás ver la progresión a lo largo del día. Cada tarea necesita un tiempo determinado que solo tú puedes determinar, así que añade ese dato en tu lista. Esto no significa que debas tener todo el día ocupado, así que puede haber tiempos libres que no tienes por qué invertir en nada planificado. 

Puedes pedir ayuda

Ya sea para delegar en otra persona o para sacar adelante el trabajo en equipo. Es estupendo hacer las cosas sola, pero no es obligatorio. Si tienes la opción de contar con ayuda, podrás reducir la sobrecarga diaria y el estrés y, por supuesto, tener más tiempo para ti. 

Comienza por las tareas breves

Volvamos a la lista. Aunque hay obligaciones que no puedes cambiar de horario, en el día a día hay diferentes tareas que puedes llevar a cabo en el momento que quieras. En este punto el consejo es que todas las tareas breves las realices lo antes posible. Hay algunas que, seguramente, apenas te lleven unos minutos, y merece la pena hacerlas cuanto antes. El día será más productivo y mentalmente te sentirás más satisfecha al ver que puedes ir cumpliendo con tus objetivos. 

Marca fechas límite

No todas las tareas comienzan y acaban en el día. Algunas requieren de un esfuerzo diario hasta que quedan completamente hechas. Esas son las más peligrosas, porque al no ser urgentes, pueden quedar relegadas hasta que te encuentras con el problema de frente. Para evitarlo, ponte una fecha límite y reserva un tiempo al día para ir avanzando en tu objetivo. Lo vas a agradecer. 

Detecta (y evita) las interrupciones

Es evidente que las interrupciones nos hacen perder la concentración que tenemos cuando estamos realizando una tarea, sea la que sea. En la medida de lo posible hay que evitarlas. Y si detectas interrupciones que son habituales en tu día a día, como llamadas de teléfono que no son importantes o gente que te roba tiempo, procura poner un límite. 

También debes ser honesta con el tiempo que pasas al día procrastinando. Casi nadie está libre de pecado y cuando piensan que solo vas a mirar las redes sociales durante un minuto, puede que se te vayan 15 sin darte cuenta. Reserva esa actividad para tu tiempo de descanso, pero no permitas que interrumpa lo que tienes que hacer de verdad para poder disfrutar de tu tiempo libre.

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