Vivimos en la época de los superalimentos, en la que estamos deseando conocer cuáles son los más valiosos y así poder introducirlos en nuestra dieta. Uno de los que más se nombra es el kéfir, que hace un par de décadas solo tomaban unos pocos y que se preparaba en casa. A día de hoy encontramos todo tipo de variedades de kéfir en el mercado, listos para consumir, lo que ha ayudado a que pueda ser un alimento que forme parte de tu dieta. El kéfir tiene muchos beneficios para la salud, así que te contamos qué es y qué ocurre si lo tomas a diario.
El kéfir se viene preparando desde hace siglos mediante la fermentación de leche con bacterias y levaduras, dando lugar a una especie de yogur líquido de sabor algo amargo. Los granos de kéfir que se utilizan para la fermentación tienen una forma muy característica, que recuerda a la de una coliflor. Normalmente se elabora con leche de vaca, pero también es posible encontrarlo de leche de cabra, oveja o con bebidas vegetales como la de soja. El resultado es un producto lácteo fermentado que, al igual que el yogur, es un probiótico y, por lo tanto, mejora la salud digestiva y restaura el equilibrio de la microbiota intestinal.
Si el kéfir se ha convertido en uno de los alimentos mejor valorados y que más se recomienda introducir en nuestra dieta es por sus importantes beneficios para la salud, entre los que destacan los siguientes:
El kéfir es un alimento que puedes consumir a diario. De hecho, es ideal combinarlo con otros probióticos como los yogures, para conseguir una dieta sana y variada. Si se convierte en un alimento habitual para ti, es cuando podrás notar los beneficios de este lácteo fermentado. Por supuesto, hablamos de tomar cantidades razonables, al igual que harías con cualquier otro alimento, porque en la variedad, y no en el exceso, está la clave de una dieta equilibrada.
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