La empatía es imprescindible para tener relaciones sanas con otras personas. Es, en esencia, la capacidad para ponernos en el lugar del otro y, así, intuir cómo se siente y qué piensa para responder de una forma solidaria. Hay muchas formas de manifestar la empatía y, aunque lo esperable es que aparezca de manera natural, es conveniente esforzarnos por aprender a ponerla en práctica.
El término empatía, que procede de la palabra alemana einfühlung, fue introducido por el psicólogo estadounidense E.B. Titchener en la lengua inglesa. A día de hoy se considera que hay 3 tipos de empatía, tal y como apunta el psicólogo Daniel Goleman en su ensayo Focus: Desarrollar la atención para alcanzar la excelencia. Descubre cuáles son y cómo puedes desarrollarlas.
Tal y como hemos dicho, la empatía es clave a la hora de establecer relaciones interpersonales saludables, algo que se traduce en beneficios tan importantes como estos:
La empatía cognitiva funciona como una canal de información que nos permite comprender lo que una persona puede estar sintiendo o pensando. De una manera práctica nos ayuda a ser capaces de entender por lo que alguien puede estar pasando y, así, detectar si necesita ayuda y si está en nuestra mano ofrecerla. Es muy útil en las relaciones personales, pero también en las laborales, ya que amplía nuestra percepción de lo que los demás pueden esperar de nosotros.
Cuando ponemos en práctica este tipo de empatía estamos creando una conexión emocional con la otra persona, como si sintiéramos en nuestro propio cuerpo qué está sintiendo el otro. Esta empatía emocional la sentimos desde que somos bebés y a través de ella podemos desarrollar la compasión que nos permite ayudar a quien lo está necesitando.
Este tipo de empatía solo se produce cuando se dan las dos anteriores. Es decir, es la que sentimos cuando hemos sido capaces de entender qué le pasa a la otra persona y de conectar con sus emociones. Entonces, tal y como decíamos antes, somos capaces de actuar gracias a la compasión.
Aunque podemos sentir empatía sin ser conscientes de ello, si nos proponemos ponerla en práctica, podemos desarrollarla para mejorar nuestras relaciones interpersonales. Estos son los consejos que te ayudarán a que la empatía sea uno de los rasgos que definan tu personalidad:
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