La mejor forma de disfrutar de la fiesta de Halloween es disfrazándonos de un personaje con un toque terrorífico. Si a los adultos nos divierte, a los niños muchísimo más, sobre todo porque los personajes elegidos no suelen formar parte de sus juegos habituales. Además, les ayudan a afrontar de manera divertida miedos propios de la infancia. Lo mejor de todo es que no hace falta complicarse ni gastar mucho dinero para conseguir un buen disfraz. Con un poco de imaginación, ropa que encontremos en casa y un toque de maquillaje pueden conseguir grandes cosas. Compruébalo con estos disfraces de Halloween para niños que puedes hacer en casa y que serán todo un éxito.
A los niños les encanta disfrazarse de los personajes de su películas preferidas, y Desdentado, de “Cómo entrenar a tu dragón” es uno de los que más éxito tiene. Su elaboración es muy sencilla y de lo más resultona. Viste a tu niño con ropa negra calentita y un gorro que se le ajuste a la cabeza. Utiliza fieltro para los cuernos, los ojos, las alas y la cola, y no te olvides de cubrir sus zapatos con unos calcetines también de color negro.
Este personaje tan creepy y divertido puede hacer que tu hija se convierta en la gran triunfadora de la noche de Halloween, por lo original y sorprendente que es. Por no hablar de lo fácil que es elaborarlo: una bata o albornoz, un pijama, un peinado con rulos y peluches de gatitos por todas partes son todo lo que necesitas.
El protagonista de “Pesadilla antes de Navidad” de Tim Burton es uno de los que más triunfa año tras año. El resultado es impresionante y hacerlo bastante sencillo. La base del disfraz es una camiseta negra de manga larga y unos pantalones negros. Y sobre esta ropa, con una brocha pintura blanca para tela, puedes dibujar las rayas y las solapas del icónico traje. Con un poco de fieltro podrás hacer la pajarita, que te quedará perfecta si la recortas sobre la silueta del dibujo de un murciélago. Por último, el maquillaje blanco y negro terminarán de convertir a tu hijo en el auténtico Jack.
Uno de los disfraces más sencillos y exitosos es el de momia. Como puedes imaginar, lo principal es contar con varios rollos de venda y cubrir el rostro y cabeza del niño. Para la cara puedes utilizar maquillaje blanco y para los ojos uno de color negro. Si quieres que parezca una momia con cierta antigüedad, puedes empapar algunas vendas en té o café, ya que así consiguen tener un aspecto envejecido.
No vamos a olvidarnos de él, porque hay que admitir que no hay disfraz de Halloween más sencillo de hacer. Y porque, además, es ideal para esta fiesta. Ya sabes: coge una sábana blanca que le cubra el cuerpo, pero que no llegue a pisarla, y recorta dos agujeros grandes a la altura de los ojos. Una de las grandes ventajas de este disfraz es que se quita y se pone con gran facilidad, sin olvidar que pueden ir tan abrigados por debajo como sea necesario.