El aprendizaje que tiene lugar dentro del hogar es esencial para el desarrollo de los niños. Puede que pensar en que tus hijos ayuden con las tareas domésticas te parezca algo poco efectivo. Pero lo cierto es que favorece enormemente que se involucren en el funcionamiento de la casa, desarrollen el sentido de la responsabilidad y sean más cuidadosod con todo lo referente al hogar. Además, fomentará su autonomía y, por lo tanto, su autoestima. Con un poco de paciencia y adaptando las tareas a sus edades puedes conseguirlo. ¡Te lo contamos!
No se trata de que limpien la casa, pero en hay muchas cosas que los niños pueden hacer desde pequeños. Es importante no cargarles con cosas para las que no están preparados, sino con aquellas que pueden hacer sin dificultad. Regar las plantas, recoger o poner la mesa, llevar la ropa sucia al cesto son algunas de las más sencillas. A medida que van creciendo pueden hacer su cama, lavar platos o poner el lavavajillas, tender una lavadora, etc.
Explícales la importancia que tiene el trabajo en equipo dentro de casa, y como esta será más bonita y agradable para todos si cada uno aporta su granito de arena. Pero como no deja de ser “una obligación”, es fundamental hacer la tarea asignada antes de comenzar con otras que puedan distraerle o quitarle las ganas. Si tu hijo quiere ver la tele después de comer y tiene que recoger la mesa antes, es posible que no le apetezca hacerlo. Y ahí debes ser firme para que la tarea sea lo primero, y luego podrá disfrutar de su tiempo libre.
A ti no te gusta tener que hacer la cama por las mañanas, y a ellos tampoco. Además, a hacer una cama se aprende con la práctica, por lo que lo más probable es que la hagan “regular” durante un tiempo. Y esto se extiende a todo tipo de tareas. Por eso la paciencia es esencial, tanto para escuchar que no les apetece hacerlo, como para que el resultado no sea el mismo que si lo hubieras hecho tú. Son procesos que llevan su tiempo y no hay que pretender que se den a la perfección de la noche a la mañana.
No estamos hablando de premiar, pero sí de reconocer lo que está haciendo. No debemos olvidar que las tareas del hogar suponen un esfuerzo, aunque sean sencillas. Si se encarga de regar las plantas puedes decirle que gracias a que lo hace están así de bonitas, o lo bien que se ve su habitación después de que haga la cama.
Podría parecer que solo obligando se consigue que un niño haga una tarea de casa, pero lo cierto es que es importante evitar que esto ocurra. Si se ve forzado, su rechazo a ayudar irá en aumento. Piensa en él y en qué cosas le resultan sencillas, incluso divertidas, y deja que su motivación vaya en aumento.