Durante el embarazo, uno de los puntos que habrá que cuidar será la alimentación. Por eso, será muy importante saber qué alimentos podemos consumir y cuáles no. Así, lo más recomendable será tener unas nociones claras y, si tenemos algún tipo de duda, consultar a un profesional. De forma general, habrá que tener especial cuidado con los quesos, las carnes crudas o poco hechas y con algunas verduras. Pero, ¿qué sucede con la verdura cruda?
Por tanto, es importante prestar cierta atención a las verduras crudas, sobre todo a aquellas que puedan estar contaminadas con algunas bacterias como la E. Coli o la salmonella. Además, también puede ser transmisor de la toxoplasmosis, que puede ser especialmente perjudicial en el desarrollo del bebé.
También, el consumo de la fruta cruda suele aumentar los meses de verano y, por tanto, cuando hace más calor. Así, esta temperatura favorecerá el desarrollo de las bacterias. Por tanto, será esencial higienizar correctamente. Para ello, podremos dejarla, durante unos minutos, en remojo con unas gotas de lejía apta para el consumo alimenticio.
En cualquier supermercado también nos podremos encontrar con un producto especializado para la limpieza de las frutas y verduras. En el caso de que no tengamos ninguno de estos productos siempre podremos optar por un poco de zulo de limón y vinagre, que prevendrá las infecciones, aunque no será del todo efectivo. Por eso, siempre será mejor optar por un producto especializado.
En el caso de que hayas comprado la fruta y la verdura en el supermercado siempre será mejor que no pase mucho tiempo embolsada. Por eso, habrá que quitar el envoltorio de plástico, que hará que dure unos tres o cuatro días. También, será importante eliminar aquellas zonas de la fruta que está más golpeada, con manchas o que no tenga buen aspecto. Así, será recomendable evitar las ensaladas, batidos o zumo de frutas comprados y que no sepas de donde es su procedencia.