Son muchas las parejas que no suelen planear cuándo se van a quedar embarazadas. Es decir, qué mes del año es el ideal para concebir a un bebé. Pero, ¿cuál es la mejor época del año?
Lo cierto es que todos los factores que influyen pueden variar y cambiar dependiendo de la persona. Además, tampoco serán cien por cien efectivos. Aún así, todos ellos atenderán a razones de fertilidad y, por tanto, las posibilidades de gestación variarán. Así, habrá mujeres que se quedan embarazadas aunque hayan calculado con sumo cuidado cuando no habrá posibilidades de hacerlo.
En el caso de aquellas parejas que no tienen ningún tipo de problema de fertilidad, practican relaciones sexuales con cierta frecuencia y no utilizan ningún método anticonceptivo, por cada ciclo ovulatorio tendrán entre un 20 y un 30% de posibilidades de quedarse embarazada. Eso sí, una vez que van pasando los meses de búsqueda, las posibilidades van aumentando.
Si nos preguntamos cuál será el mejor mes del año para quedarse embarazada, lo primero que debemos tener en cuenta es que esta decisión podrá influir en el pequeño. Así lo ha demostrado el estudio. La fecha del parto puede influir en la salud del bebé, donde se explica que si se espera hasta verano para la concepción, lo más probable es que se tenga un parto más saludable. Por tanto, los mejores meses para concebir sería en la temporada estival.
Sí que se ha probado que, durante el resto del año, los bebés pueden sufrir, con más facilidad, un parto prematuro. Aún así, esto no siempre será cien por cien fiable, ya que los partos prematuros suelen asociarse con algunas complicaciones de salud.
También, otro estudio apunta que la cantidad de espermatozoides suele ser más alta en los meses de otoño y primavera. Lo será más bajo durante los meses de verano. Esto puede ser debido a las bajas temperaturas. Además, se ha probado que esta calidad será elevada durante los meses de invierno, disminuyendo en primavera y verano. Esto puede deberse al aumento de los niveles de testosterona y otras hormonas que favorecen la movilidad del esperma.
Eso sí, además de las razones científicas que hemos mencionado, también nos podremos encontrar con otras razones físicas. Así, un embarazo en julio o agosto, lo que hará será evitar el calor del verano en los meses finales del embarazo. Esta sensación, sobre todo en esos últimos meses, puede ser especialmente agobiante.