El perineo es una de esas zonas de nuestro cuerpo a la que menos atención ponemos. Es por eso que, cuando nos quedamos embarazadas, será muy importante tenerla en cuenta. Así, el masaje perineal se convertirá en algo fundamental para reducir el trauma perineal en el parto como pueden ser los desgarros o la necesidad de realizar una episiotomía.
Por tanto, este tipo de masaje tendrá una infinidad de beneficios, preparando el tejido alrededor de la vagina, estirando y reblandeciéndolos, además de incrementando la elasticidad del periné. También, ayudará a la mujer a que se acostumbre a esa sensación de estiramiento del área.
Por eso, si quieres someterte a este tipo de masajes, lo mejor es que sepas cuál es el momento más apropiado para hacerlo. Así, lo recomendable será hacerlo unas seis semanas antes de la fecha probable de parto. Sí que es cierto que, en un primer momento, puede ser especialmente molesto. Pero, con el paso del tiempo, lo más normal es que te acostumbres a ello. Además, podrás realizarte el masaje tú misma o pedírselo a tu pareja. Si lo estáis haciendo correctamente deberéis sentir que los tejidos alcanzan una mayor distensión y sientes menos incomodidad.
Para realizar el masaje habrá que lavarse correctamente las manos. Además, también habrá que vaciar la vejiga justo antes del masaje. Para mejorar la circulación siempre será recomendable darse una ducha templada o con agua caliente. De la misma forma habrá que buscar un momento tranquilo y un lugar de tu hogar donde te sientas a gusto.
También, deberás colocarte de forma cómoda, utilizando el dedo pulgar. Para lubricar tus manos siempre puedes utilizar un aceite esencial como el de almendras, que también respetará la zona. Será muy importante tener cuidado con aquellos productos que usamos, ya que podrán irritar la zona.
Para realizar el masaje perineal, la mujer deberá separar las piernas y habrá que introducir el dedo en la vagina unos tres o cuatro centímetros. Luego, habrá que presionar la zona hacia abajo y con los dedos hacia la vagina, realizando un movimiento suave. Cuando sientas una sensación de quemazón o escozor habrá que parar. Lo siguiente será deslizar el dedo hacia afuera, manteniendo la presión unos segundos.
También, podrás colocar los dedos en la entrada de la vagina y realizar una presión hacia abajo durante unos minutos. Después deberás coger la zona entre el dedo pulgar y los opuestos como si fuera una pinza y mover las manos, estirando la vagina. Para terminar habrá que hacer estiramientos desde dentro hacia afuera, relajando la zona.
Este tipo de masajes estarán recomendados durante, al menos, tres veces por semana durante unos diez minutos. Además, se deberán realizar a partir de las 34 semanas de gestación. Cuando llegue el momento del parto será importante que comentes con tu matrona que has realizado estos masajes para que sea una profesional quien valore la zona.