Cómo actuar si descubres a tu hijo 'in fraganti' haciendo algo que no debe

No hay niño que no haga alguna que otra vez una travesura. Algunas son muy inocentes y puede que solo nos haga gracia descubrirlas, pero en ocasiones hacen cosas con mayor trascendencia, sean o no conscientes de ello. En ese momento no es fácil reaccionar, pero lo idea es hacerlo de manera adecuada a la edad del niño y la “gravedad” de la travesura. Para ayudarte, te contamos qué hacer si descubres a tu hijo “in fraganti” y abordar la situación de la mejor manera posible. 

No actúes sin reflexionar

Puede que descubrir a tu hijo haciendo algo que no debe te provoque una reacción espontánea de enfado, pero esto posiblemente se deba más a la sorpresa que a lo que realmente ha hecho. Por eso es importante pararse a respirar y analizar la situación antes de reñirle sin motivo o decir cosas de las que luego nos podemos arrepentir. 

Estamos hablando de comportamientos típicos de niños pequeños, pero en el caso de niños algo mayores o adolescentes las cosas pueden complicarse. En ese caso lo mejor es que hagamos el esfuerzo de ponernos en su lugar, y pensar si no hicimos cosas similares cuando teníamos su edad. No por eso tenemos que pasar por alto lo que esté haciendo, pero sí afrontarlo con calma y con cierta naturalidad. 

La edad es importante

Hablar del comportamiento de un niño de manera generalizada no es posible, porque siempre hay que tener en cuenta su edad. Hasta los 6 años es habitual es un niño haga travesuras, puesto que su principal ocupación debe ser descubrir el mundo que le rodea y dar alas a su curiosidad. Y eso le lleva muchas veces a hacer cosas que en principio no debería. Reaccionar con calma y explicarle cuáles son los límites con claridad es lo más efectivo. 

Entre los 6 y los 12 años ya saben distinguir lo que está bien de lo que no, pero eso no evita que en ocasiones hagan cosas que no deben para redefinir los límites que tienen marcados. Nuestra misión consistirá en mantenernos firmes en las pautas de comportamiento establecidas (a menos que algo indique que hay que revisarlas) y hacerlo con tranquilidad y empatía. 

Los adolescentes pueden ser los que más nos sorprendan, ya que por naturaleza se enfrentan a lo establecido para definir su propia identidad. A veces necesitan saltarse las normas, bien por ellos mismos, bien para reforzar su imagen dentro de su grupo de amigos. Con ellos hay que ser más firmes, pero no perder nunca la paciencia. 

Descubre por qué lo ha hecho

Seguro que la edad de tu hijo y la situación con la que te encuentres ya te da pistas para saber por qué ha hecho algo que no debe. Pero es importante que lo tengas lo más claro posible antes de reaccionar. En algunas ocasiones hacen cosas mal, sencillamente porque no saben que no deben hacerlas; en otras puede que se trate de una llamada de atención; también pueden hacer algo mal presionados por amigos, etc. Cuanto más sepas, más fácil te será actuar en consecuencia. 

Actúa de manera positiva

Una cosa es que te enfades con él y otra que actúes de manera errónea ante un pequeño desastre de tu hijo. Evita los gritos, las malas palabras, humillarle o avergonzarle. Es más productivo querer entenderle, aunque tengas que reprenderle, que acusarle o hacerle sentir mal. Escucha lo que tenga que contarte y procura tener la mente abierta y una actitud positiva. Si lo haces así será más fácil que esa situación no se repita. 

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