La maternidad de Ana Obregón a los 68 años ha puesto como nunca sobre la mesa el debate de la gestación subrogada en nuestro país. Este es el método que ha elegido la actriz para ser madre de su segunda hija, tras el fallecimiento de Álex Lequio hace tres años. La noticia ha provocado que prácticamente desde cualquier ámbito haya habido posicionamientos: entre los vips, ha habido defensores, como por ejemplo Georgina Rodríguez, y detractores, como Ana Peleteiro. A las muchas opiniones se ha sumado ahora la de Tamara Gorro, que recurrió a esta práctica en 2015 para tener a Shaila, su primera hija junto a Ezequiel Garay.
Gorro ha hablado abiertamente en muchas ocasiones de su experiencia intentando ser madre. Tras no obtener los resultados esperados de forma tradicional durante años y después de casi veinte intentos frustrados de fecundación in vitro, finalmente, la presentadora decidió acudir a esta técnica, con la que llegó su primogénita a sus vidas.
Dos años más tarde, la familia se ampliaría con la llegada de Antonio, el benjamín, gracias a la reproducción asistida. Tamara y Ezequiel lo intentarían posteriormente con la adopción, pero acabarían paralizando el proceso después de que les pidiesen enormes cantidades de dinero por adoptar a Dylan, un niño ugandés.
Cuando se conoció la noticia de la maternidad de Obregón, muchas miradas enfocaron a la influencer, que decidió mantener un perfil bajo durante las primeras horas. La madrileña compartió en sus stories la publicación con la que Ana rompió su silencio, añadiendo el emoticono de un corazón. Por cuestiones laborales, no tuvo más tiempo de hablar del tema. Pero ha aprovechado su reaparición televisiva en el programa 'Y ahora Sonsoles', para dar su opinión respecto de la polémica, narrando además su propia experiencia con la gestación subrogada.
Tamara ha reconocido que lo sucedido con la actriz le ha removido muchas cosas. "Muy identificada por la cantidad de golpes injustos que está recibiendo", ha apuntado, indicando que hay mucha desinformación con respecto a esta materia. Y ante la opinión de aquellos contrarios al procedimiento, que lo entienden como una compraventa de bebés, ha estallado.
"Estoy histérica, nerviosa y ofendida. Yo no he comprado ningún bebé, ¿sabéis lo que estamos consiguiendo con esto? Fomentar odio, y es por lo que yo llevo luchando siete años que tiene mi hija. Porque a lo mejor mañana a mi hija le dicen 'tú eres comprada", ha explotado. "Si se regulariza la gestación subrogada, será la primera que geste para quien lo necesite y eso se llama amor, no comprar bebés", ha reivindicado.
Más calmada posteriormente, la presentadora ha admitido que hay cosas que todavía le siguen doliendo mucho. "Me pongo tanto en el lugar de las mujeres […] se pasa tan mal, que una por gusto no recurre a esto", ha argumentado. Gorro ha declarado estar "completamente en contra" del maltrato a una mujer o a un hombre y, más concretamente, de que "a una mujer se le obligue a hacer algo contra su voluntad". Pero mi caso no es así", ha querido aclarar.
La Gorro ha comentado que le parece "indignante" la cantidad de daño que se le está haciendo a Obregón, con quien se ha equiparado, pese a que ella sí se lo contó a todo el mundo para "ser libre". "Conmigo hubo mucha revolución, pero no tanto", ha comparado, revelando que sí tuvo "encontronazos" con políticos, que se le hizo mucho daño y que se enfrentó a obstáculos a la hora de la inscripción registral de Shaila en España.
La influencer ha recordado cómo vivió ella el proceso de gestación subrogada con el que tuvo a su hija mayor. Tamara contactó con una agencia, y a la gestante le pasaron un informe sobre ella y Ezequiel, se conocieron por videollamada (ya que la mujer vivía en Utah, Estados Unidos), se aceptaron "mutuamente", y comenzó el proceso. Según su testimonio, desde que la gestante americana dio positivo en un test de embarazo, un juez supervisó que las dos partes cumpliesen con todo lo pactado.
La exmujer de Garay ha aclarado que en su caso no hubo ninguna compensación económica. "Lo que hay es que un embarazo supone una ecografía, medicamentos... los gastos de un embarazo faltaría más que los pagase ella", ha esgrimido. "Yo no le digo 'dame mi número de cuenta que te hago un ingreso", se ha defendido.
Tamara ha caracterizado su caso por la "naturalidad", explicando que, por ejemplo, se iba de compras con la mujer que gestó a Shaila. A ella se refiere como gestante: "La madre soy yo, ella es mi gestante", ha apuntado. Estuvo presente en el parto, junto al marido y la suegra de esta mujer. "¿Tú sabes cómo lloraba? Eso es precioso", ha recordado. En el momento en el que "la americana" (como se refiere a ella para evitar dar su nombre) dio a luz, Shaila se fue a los brazos de Gorro. "Madre y padre es el que cría, el que enseña, el que educa y el que da amor. y ya no hablo solamente de la gestación, sino en general", ha defendido.