Algo esencial que hay que hacer cuando tenemos hijos es entrenar la paciencia. La vamos a necesitar muy a menudo y durante muchos años. Si conseguimos ser pacientes, la crianza resultará más sencilla y nuestros hijos también saldrán beneficiados. Ahora bien, una cosas es saber que debemos ser pacientes y otra muy distinta conseguir serlo. Los niños parecen estar poniéndonos a prueba constantemente, pero si te esfuerzas un poco, conseguirás no perder los papeles ni en los momentos más difíciles.
Si eres paciente, conseguirás evitar muchos conflictos con tus hijos y crear un ambiente más relajado para el día a día. Crecer en un entorno relajado es esencial para el desarrollo emocional de los niños y lo más fácil es que sientan menos necesidad de ponerte a prueba y, por lo tanto, de agotar tu paciencia. Además, no podemos olvidar que somos su mayor ejemplo, y si tú consigues mantener la calma en los momentos difíciles, ellos también aprenderá a hacerlo. Pero, ¿cómo conseguirlo? Te lo contamos.
Cumplir las normas, solo porque existen, no es lo natural. Aprendemos a hacerlo y vamos descubriendo su utilidad, pero para cualquier niño, por lo general, resultan incómodas. Por eso lo esperable es que se las salten. Eso no quiere decir que no sean necesarias y que debas mantenerte firme para que se cumplan, pero que no te sorprenda que las cosas no salgan como tú habías planeado.
O lo que es lo mismo, no actúes en caliente. Muchas veces descubrirás una trastada de tus hijos y ellos estarán delante, por lo que tener una buena reacción es complicado. Antes de perder los nervios, respira hondo y no empieces a hablar sin pensar en lo que dices. Y si ya sabes que vas a encontrarte con una situación conflictiva, aprovecha el tiempo que tengas por delante, sean segundos, minutos u horas, para calmarte todo lo que puedas.
El estrés y el cansancio no ayudan en nada. De hecho, propician que pierdas la paciencia por cualquier cosa. Sin duda te cuesta mucho encontrar momentos de calma para ti, pero procura tenerlos, ya sea para dar un paseo, meditar, salir con amigos o hacer deporte. Además, es importante que cuides tu alimentación y tu descanso. Si lo haces, te será muchísimo más fácil actuar con paciencia.