Lo habitual es hablar de que el parto es inminente cuando la embarazada comienza a tener contracciones y estas son constantes y muy frecuentes. Pero no se habla tanto de otra posibilidad que se da bastante a menudo y que es romper aguas cuando no se tienen contracciones. La rotura prematura de membranas, es decir, de la bolsa de aguas en la que se encuentra el feto, es más habitual de lo que pensamos.
Cuando esto ocurre, la embarazada nota cómo el líquido comienza a salir, no de forma exagerada pero sí continua. Suele resultar muy sorprendente al no haber contracciones que nos anticipen que estamos de parto, pero la realidad es que este está a punto de comenzar. Eso sí, en principio, no hay por qué salir corriendo. Te contamos qué es lo que ocurre cuando se rompe la bolsa.
Si todo transcurre dentro de la normalidad, la rotura de la bolsa puede darse en 1 de cada 10 embarazos llegados a término. Esto es entre las semanas 37 y 42, y en ese caso lo esperable es que el parto se produzca de manera espontánea en las siguientes 24 horas. El protocolo médico, si el embarazo ha llegado a término, es muy claro, y no implica ni que el parto vaya a ser instrumentalizado, ni que haya necesidad de practicar una cesárea.
Cuando se produce la rotura de la bolsa no es necesario acudir corriendo al hospital, aunque se deba hacer en el menor tiempo posible. Eso sí, siempre que el líquido amniótico sea transparente. Si vemos que es de algún color, entonces sí será necesario ir inmediatamente al hospital. Cuando el líquido amniótico presenta un color verdoso o sanguinolento puede estar en riesgo el bienestar fetal. No tiene por qué ser así, pero es fundamental asegurarse y que los médicos valores lo antes posible cuál es la situación.
Como te decimos, si no hay contracciones y el líquido amniótico es transparente, deberás permanecer en el hospital, pero los médicos esperarán 24 horas para ver si el parto se produce de manera espontánea. Durante ese tiempo no existe riesgo ni para la madre, ni para el feto.
Pasadas las 24 horas, se procede a inducir el parto. Si no ha comenzado la dilatación, en un primer momento se aplica una oxitocina local para que comience. Si la dilatación ya está en marcha, se administra oxitocina sintética directamente. También es habitual administrar antibióticos a la madre para prevenir infecciones como consecuencia de la rotura de la bolsa.