Si notas que hablar con tu hijo y conseguir que te preste atención es una tarea imposible, es normal que estés un poco desesperada. La comunicación y el diálogo con nuestros hijos es esencial, al igual que lo es en cualquier relación interpersonal. Necesitas saber qué piensan y sienten tus hijos, al igual que ellos necesitan recibir de ti mensajes claros, sea cual fuere la finalidad de estos. Te damos claves para promover la escucha y la atención de tus hijos, que son muy sencillas y efectivas para mejorar la situación.
Establecer contacto visual es una de las claves fundamentales para conseguir una buena comunicación. Para conseguir que tu hijo te preste atención, agáchate hasta estar a su altura y, si puedes, dale la mano. Este es el punto de partida ideal para que puedas hablarle y te escuche.
Puede que lo que quieras decirle sea que recoja sus juguetes, y no hay ningún problema en que se lo expreses así. Pero si utilizas una pregunta, como “¿qué hacemos con los juguetes cuando hemos terminado de usarlos?”, su cerebro se activará para encontrar la respuesta. Esto significa que prestará atención y, además, se sentirá orgulloso de saber la respuesta.
Si vas a decirle algo que no le va a gustar, como que deje de jugar, que apague la tele o que es hora del baño, puedes conectar con él poniéndote en su lugar. Dile cosas como que entiendes que lo está pasando muy bien con sus juguetes, con los dibujos o con lo que esté haciendo, pero es hora de hacer otra cosa diferente y también necesaria, como cenar, bañarse o ir a dormir.
Seguramente llames a tu hijo de mil maneras diferentes, y todas ellas cariñosas, y eso es fantástico. Pero cuando quieras conseguir su atención de verdad, utilizar su nombre puede ser de gran ayuda.
No nos damos cuenta de ello, pero es muy habitual que digamos cosas como “no cojas la merienda sin lavarte las manos”. Un giro tan sencillo como decir “lávate las manos antes de merendar” ya transforma el mensaje negativo en uno positivo, y favorece tanto la escucha como la respuesta.
Hay niños que son más tranquilos y niños que son más inquietos, esto es así. Si tu hijo es del segundo grupo, sin duda le va a costar más y prestar atención. Así que, además de los consejos que te acabamos de dar, la paciencia será una de las claves fundamentales. Puede que tardes más de lo que te gustaría en conseguir su atención, pero si no pierdas la calma, pronto tendrás resultados y su escucha se producirá antes.