Llevar a tus hijos a la piscina es uno de los planes más divertidos y refrescantes en verano. Pero a la vez supone un desafío, sobre todo cuando son pequeños y aún llevan pañal. Se trata de una etapa que puede preocuparte o estresarte ya que aún no controlan sus esfínteres y es razonable que temas “escapes” dentro del agua, pero con algunos consejos puede ser una experiencia muy gratificante. Te contamos cómo ir a la piscina con niños que aún no ha dejado el pañal y disfrutar del día sin preocupaciones.
Cambiar los pañales habituales por pañales para el agua son la mejor opción para llevar a tu hijo a la piscina. Están diseñados para sumergirse en el agua, por lo que son impermeables y se ajustan al cuerpo, evitando que se escapen los deshechos. Para que funcionen a la perfección, asegúrate de elegir la talla correcta.
Para que tu hijo disfrute del día de piscina es fundamental que se sienta cómodo, y posiblemente no lo esté si carga con un pañal mojado mucho tiempo. Por eso debes llevar varios repuestos y cambiarlo cada cierto tiempo. Por descontado, si ha hecho sus necesidades, también va a necesitar que lo cambies. Puedes llevar pañales normales para el tiempo que permanece fuera del agua. Y no te olvides de la toalla para secarle bien y evitar posibles irritaciones en la piel.
Si tu hijo está en la etapa de transición para dejar el pañal, puedes explicarle con claridad (pero sin presionar), que dentro del agua no se hace pipí ni caca, y que debe avisarte para ir al baño si tiene necesidad. Esto no significa que lo vaya a conseguir, pero puedes dejarle pequeños ratos sin pañal en el agua.
Si al salir del agua y cambiar el pañal compruebas que tu hijo ha controlado sus esfínteres, o estando en el agua te ha pedido salir para ir al baño, debes reforzar positivamente su esfuerzo. Tu reconocimiento le animará a seguir en esa dirección con entusiasmo. Aunque no olvides que dejar atrás el pañal es algo que no ocurre de la noche a la mañana, y que no debes reñirle si no puede controlarse y tiene algún escape.
Que llegue el verano no significa que tu hijo tenga que estar preparado para dejar el pañal. Cada niño lleva su propio ritmo y el control de esfínteres requiere madurez, tiempo y práctica. Así que no pierdas la paciencia y sé comprensiva con tu hijo, porque antes de lo que te imaginas estará listo para dejar los pañales y disfrutar de los baños en la piscina con total tranquilidad.