Otitis de la piscina en niños: cómo prevenir esta dolencia típica del verano

A los niños hay pocas cosas que les guste más en verano que pasar el día bañándose en una piscina. Poder hacer frente al calor y pasar un buen rato en remojo hacen de esta una actividad que también convence a los padres. Pero en verano, además de pasarlo bien, debemos extremar ciertas precauciones para garantizar el bienestar de nuestros hijos, por eso es importante saber cómo prevenir la otitis de piscina en niños. Es muy común en esta época del año y resulta muy molesta.

Cuando entra agua en el contacto auditivo y queda retenida, la temperatura del oído hace que este agua sea un caldo de cultivo idóneo para que proliferen los gérmenes y se produzca una infección. Además de ser dolorosa, esta infección puede desencadenar en problemas mayores si no se ataja a tiempo. Así que toma nota de cómo prevenirla. 

Ve a piscinas que sean higiénicas

La otitis puede producirse en cualquier piscina, por muy limpia que esté, pero lo cierto es que si no cumple con la normativa de higiene o está sucia aumentan las posibilidades de que la otitis aparezca. 

Secar bien los oídos

Este sencillo gesto es esencial. Cuando tus hijos salgan de la piscina utiliza una toalla para secar bien sus oídos. Hazlo cada vez que salgan del agua para jugar fuera, descansar o ir a comer. Si tienen la sensación de que se les ha quedado agua dentro, puedes utilizar un secador de pelo cuando lleguéis a casa. 

Evita los bastoncillos

Pueden parecer la herramienta perfecta para mantener la higiene en la zona de los oídos, pero es erróneo utilizarlos para secar el canal auditivo. La razón es que introducirlos en él lo que hacen es empujar el agua hacia el interior junto con el posible cerumen que haya. Y este, a su vez, ya puede contener gérmenes que favorezcan la aparición de la otitis. 

Precaución al bucear

Tanto al bucear mucho tiempo como al realizar muchas zambullidas aumentan las posibilidades de que se produzca una otitis. Entrar al agua de manera brusca y permanecer bajo ella mucho tiempo aumenta la presión en los oídos y favorece la entrada de agua. 

Uso de tapones 

Son una buena prevención para evitar que el agua entre en el canal auditivo, pero no son imprescindibles. Eso sí, si tu hijo es propenso a padecer otitis, utilizarlos es posiblemente la mejor forma de evitar que se repita la infección. Para ello, nada como unos tapones hechos a medida que se ajusten perfectamente a su oído e impidan la entrada de agua.