Ana Obregón ha vuelto a vivir "a través de los ojos y la sonrisa" de Anita, la hija póstuma de Aless Lequio. Antes de su muerte por culpa del cáncer, el hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio dejó un testamento ológrafo a sus padres en el que, con sus propias palabras, pidió que, en caso de que él no estuviese, quería que sus padres utilizaran "las muestras que están en Nueva York para tener una hija en este mundo". Así lo ha contado en más de una ocasión la actriz, que dos días después de su fallecimiento comenzó el proceso para traer a su única nieta a través de gestación subrogada.

Desde hace cinco meses que nació la menor, Ana Obregón ha pasado de estar "en el infierno, en la oscuridad", a volver a vivir. La actriz dejó todo "solucionado" antes del nacimiento de su nieta y en su testamento ya está escrito que será Celia, su sobrina, prima hermana de Aless, la que cuidará de la pequeña Anita cuando la actriz no esté. "No te puedes imaginar lo que es para mí su sonrisa y su mirada. Echaba de menos que me miraran con cariño", ha contado ahora en una entrevista a la revista ELLE.

Emocionalmente, la actriz se siente "llena de amor". Ana Obregón ha confesado que el duelo por un hijo "no pasa, es imposible", sin embargo ahora es capaz de recordarle "en paz", cosa que antes no podía hacer. "La pérdida, incluso de una pareja, es el precio que se paga por haberte atrevido a amar tanto. Y ese dolor no desaparece ni se olvida, se transforma. Todos los días, durante tres años, fui al cementerio, y ahora voy una vez a la semana", ha contado al medio citado anteriormente.

A raíz de esa confesión, Ana Obregón ha respondido si ha acudido alguna vez con Anita al cementerio, a visitar la tumba de su hijo. Por el momento eso no ha pasado, pero la intérprete sí que ha llevado "el primer chupete y biberón" de Anita a una caja que Aless Lequio tiene en su tumba: "La tiene con el collar de su perra Luna y algunos Dragon Ball, su símbolo para seguir luchando".

La actriz ha contado que tiene pensado llevar a su nieta al cementerio "cuando cumpla dos años" para poder enseñarle "dónde está el cuerpo de su papá, porque él está en el cielo" y le explicará todo. "Sé que cuando tenga 13 me dará las gracias por haberla traído a este planeta, por haber luchado, por ponerme el mundo por montera y haberlo hecho sola", afirma Ana Obregón tres años después de la muerte de su hijo Aless.

La religión de la actriz es "el amor" y su templo el corazón. Por eso es para ella "bonito y real" saber que existe algo, que es una "luz y energía" que organiza y conecta. Esa es la idea que tiene sobre cómo es el cielo en el que descansa su hijo. "He soñado mucho con mi hijo en este tiempo y me dice: 'Mamá, estoy bien, estoy vivo, lo sabes porque me sientes'. Y sí, es cierto. Y Anita también lo nota", ha terminado diciendo en esta entrevista.