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Es habitual que los bebés duerman en la habitación de sus padres, pero llega un momento en el que dan el salto a su propia habitación. Si ha llegado este momento y tienes otro hijo de más edad, es posible que hayas decidido que compartan habitación, ya sea por que quieres que estén juntos, ya sea por una cuestión de espacio. Este paso requiere preparar al hermano mayor para compartir habitación con el menor sin que sienta que han invadido su espacio y sin generar conflictos entre ellos. Te contamos cómo conseguirlo de manera exitosa.
Para que el hermano pequeño también forme parte de la habitación de manera gradual, puedes llevarle allí para que duerman juntos algunos ratitos: una siesta, a primera hora de la mañana… No necesitas dar más explicaciones, solo convertirlo en momentos que les ayudan a crear un vínculo.
Cuando hagas actividades con los dos, prueba a cambiar los espacios comunes, como el salón, por la habitación. Pasa tiempo de calidad allí con ellos, para que la relación se fortalezca y se asiente la idea de que es un espacio para que puedan disfrutar los dos.
Es muy posible que tengas que elegir mobiliario nuevo para la habitación una vez que vaya a ser compartida. Deja que el hermano mayor te ayude a elegir y comparte con él las opciones que te estás planteado: camas individuales, literas, cama nido… Que también pueda elegir algo nuevo de decoración o colaborar en la distribución de los espacios, de los armarios, etc.
La habitación va a ser compartida, pero eso no significa que no puedan tener un cierto espacio propio dentro de ella. Pueden tener diferentes estanterías para sus cuentos, aunque puedan “prestárselos”, o a lo mejor el hermano mayor necesita una mesa de escritorio un poco adaptada para su edad que la que vaya a tener el hermano pequeño.
Nadie mejor que tú para hacer que tu hijo mayor vea este cambio como algo ilusionante. Además de prepararle para ello, podéis decidir qué día va a ser el primero que duerman juntos ¡y celebrarlo! Puedes decorar ese día la habitación con globos, improvisar un cartel con el nombre de los dos en la puerta y, por qué no, hacer una merienda especial. Aprovecha la ocasión para hacerles una foto y ponerla luego en un marco en su habitación.