Guía rápida para las visitas a recién nacidos: lo que sí y lo que no debes hacer

Si alguien muy cercano a ti acaba de tener un bebé lo más seguro es que estás deseando conocerle. Ahora bien, se trata de un momento muy delicado tanto para la madre como para el bebé, por lo que es esencial que no te dejes llevar por el entusiasmo y sigas unas pautas para actuar con empatía y consideración. Te proponemos una breve guía para visitar a un recién nacido que harán que tu paso por la casa del bebé sea todo un éxito. 

Consulta antes de ir

El primer paso es preguntar a los progenitores si puedes ir a visitarles. Si la respuesta es un sí, deja que te digan ellos el día y la hora que les viene mejor. Si te dicen que no porque están cansados o desbordados por la situación, muéstrate comprensivo y busca el momento más propicio un poco más adelante. 

La higiene ante todo

Los recién nacidos tienen el sistema inmunológico débil, así que debes extremar las medidas de higiene cuando llegues a su casa. Lávate las manos, descálzate si es posible y deja tus objetos personales en algún lugar de la casa que te indiquen los padres. Antes de ir, asegúrate de llevar ropa limpia y, si es posible, no utilices perfume

Pregunta si puedes coger al bebé

No todo el mundo se atreve a coger en brazos a un bebé recién nacido, pero si tú lo estás deseando, pide permiso a los padres. Si les parece bien, lávate antes las manos y, cuando le tengas en brazos, mantén la concentración en el bebé, habla con suavidad  y no realices movimientos bruscos.

Si hay mucha gente, valora marcharte

Ya sea dentro de la habitación o de la casa en general, si por algún motivo se han juntado más personas de las esperables, puedes valorar terminar tu visita. Incluso si llevas poco tiempo allí, es preferible que no haya mucha gente a que su visita sea demasiado breve.

Lo bueno, si es breve…

Enlazando con el punto anterior, incluso si eres la única persona que ha ido a visitar al bebé, lo ideal es que tu estancia en la casa sea breve. Piensa que, en principio, estar allí media hora es lo más adecuado. 

Escucha lo que ocurre

En una visita a un recién nacido, a menos que tengas algo muy (pero muy) importante que contar, lo que de verdad importa es que te centres en la madre y el bebé, principalmente. Deja que te cuenten cómo están, todo lo relacionado con el bebé, o cualquier otro asunto del que tengan ganas de hablar. 

No juzgues

Esto se aplica todo lo que puedas imaginar, comenzando por la actitud de la madre, que puede estar nerviosa, cansada, eufórica, irritable… Es su postparto y no estás en su lugar, así que no la juzgues ni por lo que diga ni por lo que haga. Tampoco hagas comparaciones con otros recién nacidos que hayas conocido, si lloraban más o menos, si comían mejor o peor, de biberón o lactancia materna, etc.

También es muy posible que, a menos que cuenten con ayuda externa y constante, en la casa reine cierto caos. Es lógico y debes respetarlo. Como mucho, si tienes confianza con los padres, puedes ofrecerte a ayudar de alguna manera. De hecho, la mejor forma de llegar a casa de un recién nacido es, posiblemente, con algo de comida preparada.

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