Las actividades extraescolares son un complemento ideal para muchos niños, siempre que la elección de las mismas cumpla ciertos requisitos. Muchas veces nos dejamos llevar por la necesidad de que los niños estén ocupados y atendidos mientras los adultos seguimos trabajando y otras muchas les apuntamos a actividades que nos habría gustado hacer a nosotros, pero que no tienen nada que ver con los intereses de nuestros hijos.
Para que ese tiempo y esfuerzo invertido permita a los niños disfrutar como se merecen, ya que pasan muchas horas en las clases obligatorias, hay detalles que no debemos pasar por alto. Estos son los errores que cometemos al elegir las actividades extraescolares de nuestros hijos y que deberíamos evitar por el bien de ellos.
Queremos que nuestros hijos aprendan de todo: música, deporte, idiomas… pero no es posible que lo hagan dentro de un desarrollo saludable, Apuntarles cada día a una actividad extraescolar no es, ni mucho menos, una buena idea. Los niños necesitan tiempo durante la semana para jugar, disfrutar de no hacer nada y hacer las tareas escolares. Sobrecargarles solo consigue estresarse, bajar el rendimiento y eliminar el necesario disfrute.
Por muy pequeño que sea nuestro hijo, hay cosas que le interesan y cosas que no. Y en esto cada niño es un mundo. Algunos quieren hacer deporte a todas horas y otros son felices dibujando o aprendiendo a tocar un instrumento. Háblale de las posibles actividades extraescolares a las que podría apuntarse y escucha con atención cuáles son sus verdaderos intereses.
Esto está muy relacionado con el error anterior y es uno de los más habituales. Si en nuestra infancia nos quedamos con las ganas de ir a clases de baile, por ejemplo, seguro que queremos que nuestro hijo no pase por lo mismo y le apuntamos sin consultar. Pero nuestros hijos no son nosotros, tienen sus propios intereses y su misión en la vida no es conseguir todo aquello que nosotros no pudimos lograr.
Las extraescolares, en principio, no son clases en las que los niños deban mejorar aquello que no se les da bien. Son todo lo contrario: clases en las que potenciar sus gustos y habilidades. Si tu hijo necesita refuerzo en mates, es algo muy diferente a que se apunte a kárate para disfrutar de un deporte que le gusta.