Toñi Moreno ha vivido varias etapas con respecto a su sexualidad. Hubo un tiempo en el que no le apetecía nada compartirla con nadie, sin embargo, en los últimos años se ha mostrado más sincera que nunca con este tema. Tras dar el pregón en Chiclana el pasado año, la presentadora sintió que era la herencia que quería dejarle a su hija. "Ahora estoy como más relajada, más libre. No sé, con más compromiso con lo que soy", ha dicho en una entrevista a la revista Shangay.
Toñi Moreno ha contado que nunca ha sentido que estuviese "en ningún armario". La presentadora ha sentido que vivía su vida y que no tenía que dar explicaciones a nadie sobre de quién estaba enamorada o con quién se acostaba. "María del Monte siempre insiste en que los heteros no van diciendo 'oye, soy hetero'. Pues esto es lo mismo. Nunca he sentido que yo tuviera que compartir eso, que me parece intimísimo, que es el tema de la sexualidad", ha comentado.
En la charla con el medio citado anteriormente, Toñi ha contado que estudió en un colegio de monjas hasta los catorce años y que fueron muchos años en los que no estaba a gusto "ni con lo que yo sentía ni con quién me atraía". "Y fue un sufrimiento hasta que yo dije 'chica, igual te gustan las niñas, o igual te has enamorado de esta amiga tuya, que piensas que es súper amiga tuya y con la que tienes tanta afinidad… A lo mejor no es afinidad y es amor'", recuerda ahora.
Con el tiempo, la presentadora se dio cuenta de que ese proceso - que fue "bastante largo y no fue cosa fácil" - estaba en su cabeza y no en su entorno. Cuando se lo contó a su padre - "un hombre de campo, que no había ido al colegio"– y a su madre – "que había trabajado como una mula en casas limpiando, cuidando gente"– ambos ya lo sabían y nunca ha sentido rechazo. Su pensamiento lo ha cambiado el nacimiento de su hija: "No quiero que pase por el calvario que yo pasé. Quiero que sea libre desde pequeñita de decidir con naturalidad qué es, cómo se siente, de quién se enamora y que no tenga tantas pajas mentales como tuve yo".
La pequeña Lola ha sido un cambio en su vida. La pequeña nació cuando la presentadora tenía 46 años y siente que su llegada le ha ayudado a hablar "de estas cosas, de compartir su sexualidad" porque quiere que ella viva en la verdad, "la verdad que sea". "Escribí un libro en el confinamiento en el que le cuento su historia, que nació por ovodonación. Y quiero que no tenga miedo a preguntar, a sentir, a experimentar. Y sí que es cierto que a mí hija me ha impulsado a dar un paso al frente. Quiero que se sienta orgullosa de la familia que tiene, del origen de su vida, de por qué está aquí y de cómo es su madre", ha contado en esta entrevista.