Unos días antes del nacimiento de Gia, Violeta Mangriñán contó que en un control de monitores le habían detectado un quiste en el ovario a su segunda hija. Los médicos le explicaron en aquel momento que no se trataba de "nada grave", e incluso que era "bastante común y frecuente en bebés niñas". Sin embargo, la influencer no pudo evitar la preocupación y llegó a pensar "en cualquier cosa fea", lo que la hizo estar unos días "bastante triste". "No es nada grave, evidentemente, creo que es propiciado por las hormonas de la madre, o sea que por mi culpa, pero como no estoy durmiendo bien estas noches pues estoy más sensible de lo normal", comentó en aquel momento.
El pasado 1 de febrero, la pareja daba la bienvenida a su segunda hija en común en un parto que, en palabras de la propia Violeta, fue "maravilloso". Sin embargo, cinco días después de su nacimiento, la influencer ha acudido al hospital con su hija para hacerle unas pruebas y comprobar cómo ha avanzado el quiste que le detectaron antes de nacer. Mangriñán ha explicado que el quiste "no ha disminuido en tamaño", como les dijeron que debería suceder. "Al contrario, ha crecido. Pero nada, lo tendremos muy bien controlado. Gracias por preguntar", ha dicho la valenciana.
Esta noticia, complicada para la pareja, llega en plena recuperación postparto. Violeta se sinceraba tras abandonar el hospital y explicaba que se encontraba "muy cansada, con mucho dolor de cuerpo". "Voy con pañal y una bolsa de hielo, me duele ir al baño, la espalda, si me agacho me mareo…", comentó. Sin embargo, a pesar de los síntomas que los médicos consideraban normales tras dar a luz, la influencer aseguró que estaba “muy feliz y contenta porque ha sido un parto muy bueno y porque esto que siento es lo mínimo que se puede sentir tres días después de un parto". "Soy una chica con suerte", admitía a través de sus redes sociales.
La que está experimentando una sensación totalmente nueva es Gala, la primera hija de la pareja. Tal y como puedes ver en el vídeo que encabeza esta noticia, las hermanas se encontraron por primera vez en el hospital. Sin embargo, al llegar a casa Violeta contó cómo estaban siendo las primeras horas de convivencia entre ellas. "Gala es muy sensible y llora cada vez que ve a Gia llorar, y yo lloro de ver llorar a Gala. También me siento culpable cada vez que tengo a Gia en brazos y le doy besos delante de Gala. Sé que no tiene sentido pero siento que la traiciono o me da pena que sienta que ya no la quiero", comentó.