La lactancia puede convertirse en una experiencia muy placentera para la madre y el bebé, pero en ocasiones aparecen obstáculos. Algunos son de índole física, como la aparición de bultos en el pecho o la mastitis, pero también los hay emocionales, como la agitación por amamantamiento, que resulta muy desagradable para la madre lactante. Te contamos en qué consiste y cómo puedes afrontarla.
La agitación por amamantamiento es un sentimiento de rechazo que aflora de la madre hacia su propio hijo, de manera repentina, cuando le está dando el pecho. Puede manifestarse en forma de ansiedad o angustia, y la necesidad de la madre en ese momento es apartar al bebé del pecho.
Además del propio rechazo que se siente por el hecho de tener al bebé al pecho, la madre experimenta culpa por tener estos sentimientos que, en principio, no son los esperables para ella. No tiene por qué significar que la madre quiere poner fin a la lactancia, lo que hace que resulte más confuso todavía. Además, este sentimiento de culpa puede causar ansiedad a medida que se acerca el momento de una toma, agravando la situación.
Aunque la agitación por amamantamiento puede aparecer en cualquier mujer y en cualquier momento de la lactancia, hay factores que la favorecen y que son muy habituales. Por lo general, están asociados a episodios de estrés elevado y son los siguientes:
Lo más importante es que sepas que lo que sientes no es algo excepcional y que le ocurre a más mujeres, aunque no sea un tema del que se hable a menudo. Este es el primer paso para disminuir el sentimiento de culpa. Además, debes tener en cuenta estos consejos: