Te contamos cómo puedes ayudar a tu hijo si padece algún tipo de estrés
El estrés forma parte de nuestra vida y no siempre hay que entenderlo como algo negativo. Cuando no es muy elevado y su duración es breve, se habla de estrés positivo, ya que favorece el desarrollo de la resiliencia y la capacidad de superación. El estrés en la infancia también existe, y como padres debemos estar atentos de nuestros hijos para supervisar su bienestar, evitando que las situaciones estresantes que son inevitables se agraven y vuelvan crónicas.
Según un estudio reciente, publicado el Journal of the American Heart Association, los niños que padecen estrés de manera continuada durante la infancia tienen más probabilidades se sufrir alteraciones metabólicas que aumentan el riesgo de padecer, al llegar a la edad adulta, enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes tipo 2. Así que, además de preocuparnos por ofrecer a nuestros hijos una vida saludable con una alimentación equilibrada, actividad física y un correcto descanso nocturno, también debemos vigilar las situaciones de estrés a las que puedan verse sometidos.
El estrés en la infancia tiene riesgos para la salud del niño. FUENTE: PexelsDivinity.es
Qué causa el estrés en la infancia
Pensar que los niños, por el mero hecho de serlo, no están expuestos a situaciones de estrés es un error. Hay diferentes tipos de estrés en la infancia causados por diferentes motivos:
Estrés traumático: causado por situaciones violentas, de abuso o maltrato, ya sea en el colegio o en el entorno familiar.
Estrés vital: causado por situaciones que requieren de un tiempo de adaptación, como una mudanza, divorcio de los padres, una enfermedad o la muerte de un familiar o conocido.
Estrés crónico: cuando cualquier situación de estrés se prolonga en el tiempo porque el niño no recibe los apoyos para superarla, se cronifica, afectando a su bienestar y a su salud.
Busca actividades que le ayuden a relajarse. FUENTE: PexelsDivinity.es
El papel de los padres es esencial para que un niño pueda superar una situación que le genera estrés, sea del tipo que sea. Te contamos qué es lo que puedes hacer por tu hijo para ayudarle en esos momentos difíciles:
Hazle saber que es muy querido por vosotros y demuéstralo a diario, tanto con palabras como con acciones y gestos de cariño, como besos y abrazos.
Enséñale a afrontar las situaciones complicadas que se le presenten para que desarrolle la confianza en sí mismo.
Practica con él ejercicios de meditación y respiración, para que aprenda a no tomar decisiones precipitadas y reaccionar con calma ante las dificultades.
Favorece las actividades que le ayuden a relajarse y concentrarse, como dibujar o pasar tiempo al aire libre.
Cultiva el diálogo con tu hijo como parte de vuestro día a día sin necesidad de esperar a que ocurra algo grave para hablar.
Consulta con un profesional médico si crees que sufre algún tipo de estrés que se ha vuelto crónico.
No dudes en intervenir por él cuando haya situaciones que le superen, como el bullying en el colegio.
Es esencial, como decíamos al principio, que no pienses que sus problemas son asuntos menores, que le des la confianza para afrontarlos y comunicarlos, y que te muestres siempre dispuesto a estar de su lado.