Desde que el 20 de noviembre de 2022 se enterase de que estaba embarazada, la vida de Cristina Pedroche "cambió para siempre". Dos semanas después de dar a luz, la presentadora acudió al ginecólogo para que le diese el alta tras el parto y se derrumbó cuando, mirándole a los ojos, le preguntó que qué tal estaba. En aquel momento sintió por fin que alguien se preocupaba por el "postparto psicológico malo" que ha vivido desde que nació Laia, su primer hija en común con Dabiz Muñoz.
Su ginecóloga le pidió que escribiese en sus ratos libres todo lo que estaba sintiendo y unos meses después, cuando le ofrecieron la posibilidad de escribir un libro para contar su historia, Pedroche sintió que ya lo tenía hecho porque había acumulado "un montón de notas secretas mientras la niña dormía". "Las cosas no ocurren porque sí", asegura ahora, sabiendo que hacer público lo que había escrito durante aquellos meses sería una forma de que la gente descubra a "una nueva Cristina Pedroche".
Y así nació 'Gracias al miedo', un libro en el que narra, en un testimonio valiente y honesto, todo lo que ha sentido en las distintas etapas por las que ha pasado desde que se quedó embarazada: cómo se entero, la filtración de la noticia, el parto y un postparto complicado en el que está intentando adquirir las herramientas necesarias para evitar transmitirle a su hija todos esos miedos que la paralizan y la dejan en shock.
Emocionada y sin poder contener las lágrimas, la presentadora ha comenzado explicando que se siente "desvalida" y que ha sido valiente a la hora de publicar este libro. No quiere dar lecciones a nadie y ha querido dejar claro que no es un libro de autoayuda, pero a través de su testimonio considera que puede ayudar a otras mujeres porque es la primera que, con ese altavoz que la fama le ha proporcionado, ha sido capaz de hablar "sin tapujos" de la maternidad, de su maternidad.
Preparada para lo que venga porque es una de las personas "más criticadas" en redes sociales, Cristina Pedroche dice que no se acuerda de la mujer que era antes de Laia. Las prioridades e incluso sus gustos han cambiado y, aunque está segura de que "todo volverá" y que irá rescatando las cosas "buenas" de la Pedroche anterior, tiene claro que las cosas buenas de la mujer que es ahora se quedarán en ella para siempre.
Cuando le dieron el alta y regresó a su casa con su hija en brazos, Cristina Pedroche no quiso que nadie la cogiera porque le daba miedo. "Salió la leona que vi que podía ser durante el parto, y a día de hoy un poquito también. De hecho estoy obsesionada con que la gente no se eche colonias ni nada para que la niña no huela. Ahora, lógicamente, ya me reconoce al instante pero antes, que los niños reconocen mucho por los olores, no quería que nadie se echara colonias ni suavizantes", ha confesado.
Fue entonces cuando Dabiz le dijo que necesitaba "ayuda externa". La presentadora, que gracias a la meditación había ido saliendo de las problemáticas que tenía a lo largo de su vida, se sintió "desbordada" con la maternidad. Tras una primera experiencia con una psicóloga "monísima y majísima" a la que sentía que tenía que explicarle demasiadas cosas, Cristina le pidió permiso a su marido para acudir a la persona que le trata a él, Amaya, una profesional con la que se siente "muy cómoda" y que tanto la está ayudando en este proceso.
Emocionada y sin poder contener las lágrimas - tal y como puedes ver en el vídeo que encabeza esta noticia -, la presentadora ha dicho una frase que le repiten mucho, que ha escrito en el libro y en la no puede evitar pensar: "Qué pena ser hija de la Pedroche". "Lo sigo pensando porque ella qué culpa tiene de que yo tenga el trabajo que tengo y haber levantado ese odio. Intento pensar por qué, pero es injustificado. Me muero de pena al pensar que cuando mi hija vaya al colegio le digan algo de la Pedroche", ha dicho sobre uno de sus mayores miedos.
Cuando anunció el nacimiento de la menor en julio de 2023, Cristina también contó que el primer apellido de la menor era Pedroche, una decisión "muy meditada y pensada" de la que no se arrepiente, pero a veces sí piensa que podría haberlo hecho de manera diferente. "Si le hubiera puesto Muñoz primero, igual lo de Pedroche habría pasado más desapercibido. También me dieron mucha caña por poner mi apellido primero, pero yo no me invento las leyes", ha comentado.
No siente que tenga herramientas suficientes para proteger a su hija de los comentarios "horribles y malos" que ella recibe a diario. Para ello, una de las soluciones que ha puesto es no mostrarla en redes sociales y pide que se respete su decisión. "Si yo estoy con ella no deben hacerle fotos porque yo no quiero, aunque luego le pixelen la cara. Si encima yo no la muestro, más morbo hay por verle la cara a la hija de la Pedroche. Yo quiero confiar en la prensa y en la privacidad, pero ese fotógrafo puede mandar la foto a un amigo y a otro, no sé cómo frenar eso. Es un bucle del que no salgo por más que lo hablo con la psicóloga. Me dicen que con el tiempo te acostumbras y no. Ya son 10 meses y medio, y cuando salgo del aeropuerto estoy fatal. Intento cubrirla y no me gusta. Ahora vale, pero cuando ande, cuando corra, no puedo decirle que se ponga la capucha...", lamentaba emocionada.
Si siempre ha tenido buenas palabras para su marido, ahora aún más. La presentadora tuvo claro cuando le conoció que sería su persona, su compañero "para siempre". "Menos mal que le tengo a él dándome la mano. Los miedos de una madre, mis miedos, a veces él no podía hacer mucho porque yo no podía explicárselo. Bastante paciencia tiene. Es muy complicado. Estoy muy agradecida y cada día más enamorada de Dabiz. Si antes estaba convencida ahora lo refuerza aún más. Orgullosa de él, de su trabajo, de lo que es y de cómo van los restaurantes, de lo que es como profesional, marido y como padre", ha dicho emocionada.
Cristina Pedroche ha terminado dando las gracias al miedo. Se ha dado cuenta de que, en el fondo, es valiente a pesar de que siempre haya sido miedosa. "El miedo me paraliza, me quedo parada y cuando consiguió reaccionar lo tomo como un tiempo para pensar en herramientas para enfrentarme a él", ha explicado sobre cómo lo vive. El título lo ha tenido claro siempre porque gracias a esos miedos nunca se queda en su zona de confort y siempre quiere ser mejor.