Si te interesa descubrir qué es el doodling y su eficacia como técnica de estudio, puede que lo que más te sorprenda es que es muy posible que tú misma lo hayas puesto en práctica en muchas ocasiones. ¿Te recuerdas haciendo garabatos en un papel mientras prestabas atención a algo importante? Una clase, una llamada de teléfono… cualquier asunto que hubiera requerido una gran atención por tu parte. Si la respuesta es sí, ya sabes lo que es el doodling y posiblemente ya puedes imaginar cómo puede ayudar a tu hijo en el colegio.
El término anglosajón doodling podría traducirse en nuestro idioma como “hacer garabatos” o “garabateando”. Si te imaginas a tu hijo haciendo garabatos mientras escucha a su profesor explicar la lección o estudiando en casa, puede que te parezca que está distraído y no presta la atención debida a sus estudios. Sin embargo, cuando lo hace, en realidad se está concentrando para asimilar la información que está recibiendo en ese momento. Es decir, está realizando una actividad secundaria y sin importancia, que le permite prestar toda su atención a la actividad principal.
Una de las ventajas del doodling es que no es una técnica de estudio que requiera una habilidad especial con el dibujo. De hecho, ponerla en práctica es más bien todo lo contrario: dejar que la mano haga garabatos sin pararse a pensar en ellos, de manera casi inconsciente y sin importar las formas resultantes del trazo. Es habitual ver espirales, formas geométricas o símbolos que no precisan de ningún esfuerzo ni buscan ningún resultado.
Al hacer garabatos de esta manera, el cerebro es capaz de llevar toda su concentración a lo que de verdad importa: lo que estamos escuchando o lo que estamos estudiando, en el caso de los niños y adolescentes. Aunque la eficacia de este método también beneficia a los adultos.
Si nunca has puesto en práctica el doodling puede que te suene un poco disparatado como técnica de estudio. Pero lo cierto es que, según la revista Time, quienes practican el doodling pueden llegar a aumentar su capacidad de atención en un 29%.
Si tu hijo tiene problemas de concentración a la hora de estudiar, puedes proponerle que comience a hacer garabatos mientras memoriza o repite lo aprendido. Es importante que no se esfuerce en los dibujos que haga, ya que estos son, como decíamos, una actividad secundaria que deja el cerebro disponible para la actividad principal. Del mismo modo, si descubres a tu hijo dibujando mientras estudia, no le reproches este gesto, porque seguramente esté aumentando su capacidad de concentración.