El verano es un momento complicado para las madres y los padres: mientras los peques tienen ante sí más de dos meses de vacaciones, sus progenitores tienen que hacer encaje de bolillos para entretenerlos durante sus jornadas laborales e incluso en los días o semanas de descanso familiar, porque son muchas las horas que hay que ocupar. El problema puede agudizarse cuando en la familia hay un niño o una niña con TDAH, ya que en ellos conviven determinadas condiciones que hacen a veces más complicado su entretenimiento. Hemos hablado con un experto para que nos explique a fondo qué es este trastorno y, sobre todo, nos aporte ideas para que los y las peques con TDAH, y también sus mamis, pasen un verano perfecto.
Juan Ramos Díez, psicólogo y coordinador del área educativa y formativa de ANHIDA Coruña (una asociación de niños con déficit de atención con o sin hiperactividad), explica lo complejo de este trastorno, que afecta a entre un 3 y un 7% de la población infantil y juvenil de nuestro país: "Es muy heterogéneo, pero podemos ver tres síntomas nucleares con prevalencia de uno u otro según el individuo: falta de atención, impulsividad e hiperactividad. Dichos síntomas deben darse, para un diagnóstico de TDAH, en al menos dos de estos tres ámbitos: social, familiar y escolar/laboral", explica.
Si tenemos peques en la familia que han sido diagnosticados, sabemos de la dificultad de mantenerlos entretenidos de una manera saludable. Por eso hemos querido que el experto nos oriente. "Vayamos de lo general a lo específico. Siempre que se pueda, lo que recomiendo es pasar tiempo de calidad en familia", recomienda como prioridad. ¿Qué tipo de actividades? "Todas las que los mantengan en contacto con la naturaleza les suelen resultar muy atractivas. Rutas de senderismo, excursiones, pequeñas escaladas… Si puede ser exponiéndose a la luz solar, mejor", añade.
Para Juan Ramos Díez, en los casos de TDAH es esencial "trabajar funciones ejecutivas", por lo que, además de las salidas al campo o a la playa, sugiere los siempre socorridos juegos de mesa. Pero ojo: nada de Monopoly o Trivial, ya que perderán el interés porque son partidas interminables. Más bien juegos que duren poco, "muy interactivos y sobre todo muy rápidos, a poder ser de 5 a 10 minutos la partida" (las cuatro en raya o el famoso ¿Quién es quién?, por ejemplo). El psicólogo también explica que, en la medida de lo posible, "dejemos lo académico a un lado, porque suscita aversión".
Y ¿qué hacer durante el tiempo que no pasan en familia, cómo entretenerlos? Ahí lo tiene muy claro: "Todo lo que les proporcione movimiento es agradable para ellos. Aprovechando el buen tiempo, cualquier actividad deportiva, preferiblemente al aire libre". Y sí, también advierte de lo que puede pasar: "Se apuntan a muchas actividades y se acaban quitando de ellas", pero reclama paciencia: "Tenemos que facilitarles que puedan cambiar; es frustrante para los papás y las mamás, pero cuando encuentran el deporte que les mola ahí tienen aguante y recorrido". Ramos Díez recuerda lo importantes que son las rutinas para estos niños y niñas, rutinas que tienden a desaparecer en verano: "Tratar de instaurar estas rutinas les va a ayudar a estar más tranquilos y relajados. Socializar con otros niños y apuntarlos a campamentos urbanos o de pernocta son actividades perfectas, porque les van a proporcionar nuevas experiencias".
Te puede interesar: