Las dichosas náuseas son uno de los síntomas de embarazo más comunes. De hecho, algunas mujeres comienzan a experimentarlas antes, incluso, de confirmar que están embarazadas. En la mitad de los casos, suelen desaparecer en la semana 12 de gestación, aunque hay un pequeño porcentaje de mujeres, alrededor del 10% que las sufre hasta el día del parto. Te contamos las diferentes causas de las náuseas y los vómitos en el embarazo que, a pesar de calificarse de “matutinos”, lo cierto es que pueden darse a lo largo de todo el día.
Es desagradable padecerlas, qué duda cabe, pero por suerte no suponen un riesgo para la madre o para el bebé. Eso sí, en los casos en los que la situación se agrava y la mujer vomita constantemente o no consigue retener ningún alimento, es necesario acudir al médico porque existe un riesgo de deshidratación que podría afectar al feto. En esos casos se suele hospitalizar a la madre para controlar la ingesta de alimentos y garantizar su hidratación.
El embarazo supone una auténtica revolución hormonal ya que todo el organismo se pone en marcha para gestar a un bebé. La hormona del embarazo (BHCG) comienza a elevar su contenido en sangre, al tiempo que la progesterona hace más lento el tránsito intestinal. También los estrógenos se disparan, y todas estas hormonas juntas forman un cóctel que tiene como consecuencias las famosas náuseas y vómitos.
Otras hormonas que entra en juego son la leptina, la prolactina, la hormona de crecimiento placentaria, la tiroxina y las hormonas adrenocorticales. Con semejante actividad hormonal, el cuerpo reacciona de esta forma.
Existen otros factores que pueden desencadenar las náuseas, como los embarazos gemelares y múltiples que, al parecer, aumentan las posibilidades de que la mujer tenga náuseas y vómitos.
También hay mujeres cuyo cuerpo experimenta una especie de reacción alérgica al feto que se manifiesta así. Por otro lado, podría tratarse de una cuestión hereditaria, así que no está de más preguntarle a tu madre si tuvo náuseas para saber si tienes posibilidades de experimentarlas tú también.
Si tu cuerpo decide que vas a tener náuseas, por muy feliz que estés con el embarazo tu ánimo no hará mucho por evitarlas. En cambio, cuando el embarazo supone un conflicto emocional, al parecer la mujer es más proclive a tener náuseas y vómitos.