Uno de los conflictos inevitables en cualquier hogar cuando los hijos crecen es acordar a qué hora debe volver a casa un adolescente. Sin duda la adolescencia es una etapa complicada, tanto para los hijos como para los padres, y este tema es uno de los que más enfrentamientos provoca: los jóvenes anhelan libertad y los padres necesitan saber que sus hijos están seguros y regresan a casa sin exponerse a ningún tipo de peligro.
Si tienes un hijo adolescente, a estas alturas ya habrás comprobado que el autoritarismo es inútil y que solo genera malestar en toda la familia. La mejor forma de conseguir que ocurra lo que consideras mejor para él es negociando acuerdos. Esto es así en cualquier tema, incluyendo el de la hora de volver a casa, así que no te pierdas estos consejos para que puedas llegar al mejor trato posible.
Esto es aplicable a cualquier asunto importante que tengas que hablar con tu hijo adolescente. Si acabáis de tener un enfrentamiento, si hay visitas o si estás ocupada con algún otro asunto que requiera toda tu atención, lo ideal es esperar. Cuando estéis tranquilos y no vaya a haber interrupciones previsibles, entonces podréis tener esta conversación.
Una de las principales medidas de presión para un adolescente es que sus amigos hagan cosas que ellos no pueden hacer, como llegar a una determinada hora a casa. Por eso es importante remarcar que en vuestra casa se van a tomar las decisiones que más convengan a los que viven en ella, al igual que hacen el resto de familias, sin dejarse influir.
Esto quiere decir que hay una hora de llegada establecida desde el momento en tu hijo empieza a salir solo, ya sea para ir al colegio o al instituto, a clases extraescolares o a divertirse con sus amigos. Siempre debe tener una hora establecida para llegar a casa que debe cumplir.
Si no lo haces estarás imponiendo tu criterio sin darle la oportunidad de expresarse, lo que se traduce en autoritarismo y, por consecuente, en enfado y rebeldía por su parte. Deja que te explique a qué hora le gustaría volver y que te cuente qué planes tiene para ese tiempo que va a estar fuera de casa.
La edad es un factor determinante para comenzar a dejar que tu hijo salga solo, pero no el único. Debes tener muy en cuenta su madurez, autonomía, capacidad de comunicación, etc., antes de decidir a qué hora quieres que vuelva.
Uno de los mayores retos cuando llega este momento es dar a nuestros hijos la libertad que demandan y, al mismo tiempo, hacer frente a la preocupación que tenemos como padres. Puedes pactar con él que no le vas a llamar si no es necesario, pero que si le escribes (no constantemente, por supuesto) debe contestar. También debe avisar si le surge algo que le provoque llegar más tarde de la hora pactada.