Aspirador nasal: los expertos aclaran si se debe o no usar para quitar los mocos de bebés y niños
Una de nuestras responsabilidades será hidratar bien la nariz del bebé, aunque sí que es cierto que, de vez en cuando, pueden aparecer una gran cantidad de mocos.
Para limpiar bien los orificios nasales, lo más recomendable será un aspirador, tal y como recomienda la Dra. Vara Lado a Divinity.es.
Un bebé necesita una infinidad de cuidados. Habrá que estar pendientes de hidratar bien su piel, de que coman adecuadamente y de que no se les obstruya la nariz. Al respirar por la nariz no habrá que hacer nada para facilitar esta acción, ya que lo podrán hacer solos. Eso sí, en algunas ocasiones, se les pueden obstruir las fosas nasales y esto les impida respirar. En ese momento, lo más recomendable será limpiar bien la nariz del bebé para que pueda respirar adecuadamente por ella y pueda comer sin fatigarse. Para limpiarle bien la nariz, habrá que seguir una serie de instrucciones para no hacer daño al niño y hacerlo con el máximo cuidado posible.
Sí que es cierto que no siempre son mocos lo que le obstruyen la nariz, también puede quedarse un poco de leche en el pecho, esto hará que oigamos una especie de ruidos, que nos haga sospechar que se trata de un resfriado. Por eso, al no saber aclararse la garganta, es muy probable que les cueste un poco respirar. No tendremos que asustarnos.
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No habrá un momento exacto para limpiarle la nariz al bebé, podrá hacerse poco a poco, intentando no causarle ningún daño. Sí que es cierto que habrá que aprovechar los momentos en los que los mocos puedan estar más blanditos, por ejemplo, tras el baño. “Habrá que proceder a retirar los mocos cuando estos estén fluidificados y no demasiado espesos”, explica la Dra. Vara Lado a Divinity.es. También, recomienda que la limpieza se haga antes de cada toma, aunque según vayan cumpliendo años, elegir el momento adecuado “será diferente”.
Deberemos preocuparnos por la nariz del bebé cuando el moco "huele o si cambia la consistencia y la coloración”, explica la doctora. “Un moco muy consistente puede provocar una ocena, una infección en la nariz”, añade la especialista a Divinity.es.
Cómo quitar los mocos del bebé
Tu principal aliado para acabar con los mocos del bebé es el suero fisiológico. Se trata de un agua mezclada con sal con una proporción fisiológica, es decir, que se asemeja a los fluidos de nuestro organismo. Por ello, será adecuado tratar otras partes de nuestro cuerpo con esta agua, como heridas, ojos y nariz.
El suero fisiológico lo que hará será deshacer los mocos y arrastrarlos para que el bebé los saque fuera o se los trague, aunque esto último será lo menos recomendable. Podrás comprar el suero fisiológico en cualquier lugar especializado o en una farmacia y te podrás hacer con él en pequeñas ampollas, en botellas grandes e, incluso, en aerosol.
Lo primero que habrá que hacer, y lo más recomendable, será calentar un poco el suero fisiológico, esto se podrá hacer con las propias manos y servirá para que el niño no se entere de que está entrando un líquido por su nariz.
La importancia del suero y del aspirador nasal
Si utilizamos el suero en aerosol habrá que apoyar el aplicador en el orificio de la nariz y hacer que entre el suero en ella. La presión será la adecuada para cada edad, haciendo que no cause ningún daño al niño y que apenas lo note. Eso sí, debes tener cuidado, ya que un exceso de presión puede hacer que los mocos se vayan directamente al oído.
Por eso, lo ideal será hacerlo cuando el bebé está acostado y con la cabeza girada hacia un lado. Respecto a las jeringuillas, estas no son muy recomendables si no tienes cierto manejo con ellas. En caso de usarlas, lo mejor será que el bebé esté completamente boca abajo. Un aparato que también se utilizaba mucho antiguamente eran las peras de goma, aunque en la actualidad no son recomendadas ya que pueden causar algunos problema. La aspiración con las peras de goma puede ser demasiado fuerte y afectar a los oídos del bebé. Además, uno de sus mayores problemas es que si no se adapta a la nariz del pequeño, es muy probable que no tenga ningún efecto, por lo que correremos el riesgo de hacer daño al pequeño y, además, no quitarle los mocos.
Últimamente se han puesto muy de moda los aspiradores nasales, que constan de una boquilla, para el padre o la madre, un tubo y un cabezal, que se adaptan a la nariz del bebé. Los adultos tendrán que aspirar de forma suave y, si no salen demasiados mocos, habrá que echar un poco de suero fisiológico para ablandar la zona. “Se trata de un mecanismo muy recomendable que habrá que usar después del suero fisiológico”, explica la especialista a este portal. “Además, si lo vamos a usar en el día a día, lo mejor será utilizar un suero con aloe vera para no irritar la zona”, aclara la Dra. Vara Lado. Tampoco el niño notará nada: “No duele y, además, existen aspiradores mecánicos”.