Bebés prematuros: guía básica de lo que debes saber si tu bebé se adelanta
El nacimiento de un bebé prematuro siempre llega por sorpresa.
Si lo padres de por sí ya están llenos de dudas ante el nacimiento de su bebé, cuando este lo hace antes de tiempo estas dudas se multiplican.
Sabemos que un bebé prematuro es aquel que nace antes de lo previsto, es decir, antes de que el embarazo llegue a término, algo que ocurre al cumplirse la semana 37 de gestación. Dentro de este límite establecido, existen otros, porque no es lo mismo nacer en la semana 35 que en la 32, y los cuidados específicos del bebé dependerán de cuánto se haya adelantado.
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Los bebés prematuros siempre suponen una preocupación para los padres, que en muchas ocasiones se sienten muy perdidos cuando concluye la permanencia en el hospital y hay que regresar a casa. Si por norma general ya es un estrés para ellos enfrentarse a la realidad diaria de los cuidados de un recién nacido, lo es más cuando el bebé va a necesitar una atención extra en muchos aspectos.
Te contamos qué es lo más importante a tener en cuenta en el caso de tener un bebé prematuro, porque es una información que siempre es conveniente tener ya desde el embarazo.
Alimentación
Una de las primeras inquietudes cuando se tiene un bebé prematuro es si podremos llevar adelante la lactancia o si va a requerir algún tipo de alimentación complementaria. Si el bebé puede realizar la succión y la deglución por sí mismo,algo que no ocurre antes de la semana 34, lo más recomendable es siempre la lactancia materna, ya que si es de gran importancia para los bebés nacidos a término, para los prematuros aún más. Si necesitase algún refuerzo para ganar peso o no fuera posible la lactancia materna, existen tanto leche de fórmula específica para estos bebés, algo que te pautará el médico, o bancos de leche con leche materna procedente de donantes.
Mantener la higiene en todo momento
Los bebés prematuros son más propensos a padecer cualquier tipo de infección y a que su desarrollo sea complicado. Por eso hay que extremar ciertos cuidados en lo referente a la higiene, y nunca cogerle sin haberse lavado las manos. Y, por supuesto, todos los biberones, chupetes, etc, han de estar siempre correctamente esterilizados. El tabaco está completamente prohibido para aquellas personas que mantengan cualquier tipo de contacto con el bebé y evidentemente en cualquier rincón de la casa. Los bebés prematuros son propensos a padecer problemas de tipo respiratorio y es fundamental extremar el cuidado y las precauciones con ellos. Su dormitorio ha de ventilarse correctamente y asegurar una temperatura de la habitación en torno a los 20ºc.
Elegir la ropa adecuada
La piel de los bebés prematuros es más fina y delicada que la del resto, así que hay que elegir la ropa con especial mimo y cuidado para que siempre se sienta cómodo. Asegúrate de que las prendas sean de algodón y amplias, para que no le rocen ni aprieten. Evita los cordones y lazos, del mismo modo que no debes abrigarle en exceso. Para lavar la ropa, utiliza un jabón neutro que no contenga aditivos y no añadas ni lejía ni suavizante.
Estimulación temprana
En general, se recomienda la estimulación temprana a todos los bebés prematuros, aunque se considera imprescindible en aquellos que han nacido antes de la semana 32 y cuyo peso es inferior a 1.500 gramos. La estimulación temprana es de gran ayuda para estos bebés y puede ayudar a prevenir todo tipo de complicaciones en su desarrollo en el futuro.
El baño
Los bebés prematuros no necesitan bañarse a diario, algo que no tiene nada que ver con mantener la higiene necesaria. Si incorporáis la rutina del baño diario ha de ser para relajarle y reconfortarle, no porque tenga la necesidad de que bañarse. Cuando lo bañéis, procurad estar los dos para disfrutar de la oportunidad del contacto piel con piel.
Es cierto que una de las características de los bebés prematuros es que su temperatura corporal es baja, y el baño, si es breve y a buena temperatura, puede ayudarle a regularla.
Visitas de familiares y salidas de casa
Dosificad todo lo que se pueda las visitas de familiares y amigos, y aseguraos de que ninguno de ellos tiene ninguna enfermedad de tipo infeccioso que pueda contagiar al bebé. Tampoco es conveniente que el bebé vaya de unos brazos a otros, sobre todo al principio.
En lo referente a las salidas de casa, no comenzarán hasta que el bebé haya llegado a la edad de un nacido a término. Y cuando llegue ese momento, es mejor evitar los sitios muy concurridos o con aglomeraciones.
Cuándo acudir al médico
Esta seguramente es una de las mayores preocupaciones de los padres de bebés prematuros, saber cuándo deben acudir al pediatra. La recomendación es que lo hagan siempre que lo consideren necesario, porque es preferible una visita innecesaria que dejar pasar cualquier indicio de complicación. Las señales ineludibles para acudir a la consulta del médico son:
- Llanto excesivo o irritabilidad
- Duerme demasiado o está decaído
- Irritabilidad
- Tos y cualquier tipo de alteración respiratoria
- Vómitos o deposiciones líquidas.