El peligro de tener un 'hijo favorito': cómo gestionar las aptitudes de cada uno sin hacer distinciones entre ellos

  • Cuando tienes varios hijos será normal que sientas más afinidad con unos que con otros.

  • Estos favoritismos no serán nada beneficiosos para ninguno de los pequeños, ya que ambos podrán sentirse inseguros y afectará a su desarrollo.

  • Será muy importante encontrar virtudes en todos ellos y centrarnos en ellas, para que el hogar se convierta en un lugar tranquilo y cómodo.

Cuando tienes varios hijos será normal que sientas más afinidad con unos que con otros. Esto no te hará peor madre o padre, simplemente, al igual que sucede en tu vida real fuera de casa, hay personas con las que congenias mejor y con otras, peor. Eso sí, aunque se trata de algo habitual e inevitable, es muy importante saber cómo mostrar el mismo afecto a todos los niños por igual. Así, será muy importante que, en el día a día, no existan diferencias o favoritismos.

Esto no favorecerá en nada al desarrollo de los pequeños y, además, podrá hacer que se sientan mal, incomprendidos y desatendidos. Habrá que evitar a toda costa tener un hijo favorito para que no afecte a las relaciones entre hermanos ni al desarrollo de los más pequeños. Eso sí, hay que tener en cuenta, como ya hemos comentado, que se trata de un comportamiento de lo más normal y no habrá que sentirse culpable por tener más afinidad por alguno de nuestros hijos.

Tener un hijo favorito podrá ser negativo para él mismo y sus hermanos

El favoritismo entre hijos puede ser especialmente negativo para los otros hijos, ya que puede ser que no se sientan comprendidos, lo que puede conllevar que los pequeños tengan un menor bienestar emocional cuando llegan a adultos. Según apunta un estudio, realizado por la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, este favoritismo puede afectar gravemente a la personalidad y al desarrollo de los niños. “Los registros de depresión en los hijos (favoritos y no favoritos) son más altos cuando ellos perciben que sus padres hacen diferencias entre ellos, es decir, cuando creen que el padre o la madre son más cercanos a un hijo en particular”, explica el mencionado estudio.

Además, este favoritismo no solamente afectará al niño que no es el ‘preferido’, sino también al ojito derecho, que podrá acabar sufriendo envidia y animadversión por parte de sus hermanos y, además, al ser conscientes de que sus padres tienen tantas expectativas puestas en él sentirá una carga de peso demasiado grande. Por tanto, no será beneficioso ni para unos ni para otros y las consecuencias podrían traducirse en una rebeldía tardía hacia los padres. Además, el favorito podrá sentir que sus padres no le han tratado cómo a sus hermanos y que le han colocado en una posición que él no ha elegido.

Tu 'ojito derecho' se podrá aprovechar de esta situación

También, el hijo favorito podría ser consciente que tiene a sus padres detrás de él y que, por tanto, puede hacer lo que quiera con ellos. Aprovechará para tirar por tierra a sus hermanos, podrá obtener distintos privilegios y culpabilizar a sus hermanos de algo que realmente está cometiendo él. Así, podrá llegar a manipular diversas situaciones para ponerlas a su favor. De esta manera, el hogar podrá pasar de ser un remanso de paz y un lugar donde toda la familia se sienta cómoda a un espacio de competencia y acabará afectando al desarrollo del pequeño.

Las consecuencias de tener un hijo favorito

Las consecuencias serán variadas y ninguna será beneficiosa para nadie. Un hijo que no es tratado como el favorito puede mostrarse más reservado e introvertido. En el caso de que no encuentre el apoyo de sus padres, el pequeño se acostumbrará a guardar sus problemas y a no comunicarse en casa. Pensará que el tiempo libre de sus padres será para su hijo favorito y no para él. También, podrá ser que busque ayuda fuera de casa y, de esta forma, buscará aceptación y ayuda fuera de su propia familia si no encuentra el reconocimiento de sus padres. Esto le generará cierta desconfianza hacia sus progenitores.

Puede ser que quiera llamar todo el rato la atención o llegue a tener problemas de aceptación. De esta manera, podrá presentar problemas para relacionarse con sus propios hermanos al no encontrar su propio espacio en casa. También, se sentirá incapaz de competir o no tendrá la misma autoestima y tenderá a tener una mala imagen de sí mismo, poca seguridad y llegará a desconfiar de sus habilidades.

Cómo evitarlo

Para evitar este tipo de favoritismos, lo mejor será que dediques un tiempo reservado y único para cada uno de ellos. Además, no deberás hacer comparaciones entre los hijos y habrá que comprender que todos ellos no tienen que ser idénticos. También, habrá que evitar pedir siempre su opinión a tu hijo ‘favorito’ y, en el caso de que te sientas algo más alejada de uno de tus hijos que de otro, será importante que busques en él una virtud y una capacidad que lo hará único y diferente al resto.