El cáncer de mama puede aparecer en cualquier momento. Por eso, será importantísimo explorarse en todos los momentos de la vida, incluso cuando se está embarazada o cuando se está dando el pecho. Aún así, será esencial mantener un estilo de vida saludable, ya que el mantenimiento de un peso óptimo durante toda tu vida hará que los niveles de estrógenos no se disparen. De la misma forma será muy importante realizar deporte, al menos, durante unas tres horas a la semana.
Como ya hemos comentado, la exploración será vital incluso en un momento tan importante de tu vida como puede ser la lactancia. A día de hoy sabemos que un primer embarazo antes de los 24 años y dar el pecho durante seis o más meses disminuyen el riesgo de sufrir cáncer de mama, aún así, la autoexploración y el autoconocimiento del propio cuerpo permitirán a la mujer identificar aquellas alteraciones en el volumen y en la forma de su pecho. Eso sí, habrá que tener en cuenta que el tamaño de las mamas podrá cambiar debido a la lactancia, aunque ante cualquier duda lo más recomendable será acudir a un especialista.
Para autoexplorarte, lo más recomendable será que te pongas frente a un espejo con los hombros rectos y los brazos junto a las caderas. Después, deberás mirarte las mamas. Lo que te tendrás que encontrar serán unas mamas de tamaño, forma y color normales, así como bien formadas, que no presenten deformaciones ni inflamaciones visibles. En el caso de que encuentres alguna alteración, como la formación de hoyuelos, cambio en la posición de un pezón o enrojecimiento, será recomendable que acudas a un profesional.
Luego, habrá que levantar los brazos y fijarte si ves las mismas alteraciones. Otra opción será acostarte y palparte las mamas con las manos invertidas, es decir, la mama izquierda con la mano derecha y viceversa. Procura realizar un tacto firme y pausado con las yemas de los dedos y manteniendo los dedos rectos y juntos. Habrá que palpar la mano completa de arriba abajo y de lado a lado; desde la clavícula hasta la parte superior del abdomen.
En el caso de que estés dando el pecho, habrá que hacer la exploración con las mamas recién vaciadas. La primera prueba que se suele recomendar es una ecografía mamaria, debido a su inocuidad y por su rendimiento en esas condiciones. También, se podrá realizar una mamografía, aunque debido a los cambios de pecho puede ser poco informativa. Por su parte, la resonancia magnética se puede practicar durante la lactancia, pero no en la gestación, ya que se necesita una inyección de un contraste. Sin embargo, durante la lactancia materna este contraste será muy ínfimo y no está contraindicado.
Durante los meses de embarazo y de lactancia, el cáncer de mama se trata de igual manera que fuera de estos periodos, aunque pueden darse algunos cambios técnicos o de orden destinado a preservar la visibilidad fetal. Por tanto, se podrá hacer cirugía en cualquier momento del embarazo y, también, se podrán recomendar algunos tratamientos de quimioterapia. Por eso, la posibilidad de amamantar dependerá de los deseos de la mujer y de los tratamientos que reciba. Además, tampoco hay ningún motivo para desaconsejar la lactancia a aquellas mujeres que ya han tenido cáncer.
Por tanto, la lactancia materna será una manera de reducir, de forma discreta, el riesgo de cáncer de mama, teniendo una infinidad de beneficios para la madre y para el hijo. Aunque eso sí, habrá que respetar el derecho, tanto de la madre como del bebé, para amamantar y ser amamantado. Lo más importante será una buena autoexploración y conocer bien nuestro cuerpo. La prevención y la detección a tiempo serán esenciales para poder adaptar un tratamiento a la situación. Además, será muy importante analizar la situación de cada mujer y las evidencias científicas disponibles.
En el caso de que la mujer esté lactando y se le diagnostique un cáncer de mama habrá que realizar el diagnóstico correcto y suspender o no la lactancia según el tipo de cáncer y el tratamiento que se ha indicado. También, habrá que valorar cómo se encuentra la mujer y si tiene ánimos para dar el pecho.