La fecundación in vitro es una de las técnicas de reproducción asistida más utilizadas para ayudar a muchas mujeres a quedarse embarazadas ante la dificultad que tienen con otros métodos. Este proceso consiste en la fecundación de un óvulo en laboratorio con los espermatozoides de su pareja o de un donante anónimo. Pero para poder llevar este proceso a cabo es necesario que la futura madre se exponga a un tratamiento para poder quedarse embarazada, para lo que la hormona GnRH tiene mucho que ver. ¿Por qué es tan importante?
La GnRH es una hormona liberadora de gonadotropinas que se produce en el hipotálamo y que indica a la glándula pituitaria la liberación de otras hormonas que son clave para el buen funcionamiento del aparato reproductor femenino, como la FSH o la LH. Para procesos de reproducción asistida es necesario controlar el ciclo ovárico de la mujer, por lo que esta hormona puede ser de gran ayuda para extraer los óvulos en el momento exacto para posteriormente fecundarlos en el laboratorio.
Para ello están los análogos de la GnRH, un tipo de moléculas creadas de forma artificial que consiguen frenar la función de la GnRH normal, impidiendo de esta forma el flujo hormonal de las otras hormonas, la FSH y la LH. Esto es un proceso que se utiliza especialmente en los tratamientos de reproducción asistida como la fecundación in vitro en el momento de la estimulación ovárica.
La estimulación ovárica es justo el primer paso para dar comienzo al proceso de fecundación in vitro, donde la futura madre toma un tratamiento hormonal con los análogos de la GnRH para que los ovarios se mantengan en reposo y no haya flujo interno hormonal entre la hipófisis y los ovarios. De esta manera se consigue controlar la ovulación para que los óvulos conseguidos sean maduros para poder fecundarlos.
Este proceso no siempre es igual, ya que por lo general la estimulación ovárica y el desarrollo folicular dura unos 10 días, aunque este tiempo puede variar según el protocolo o el tratamiento indicado por el ginecólogo que está supervisando el proceso de fecundación. De esta forma hay uno más corto porque el efecto es inmediato tras la administración de la hormona, pero también uno más largo que comienza a administrarse a mitad del ciclo menstrual de la mujer.
Este es el papel clave que tiene la hormona GnRH en la fecundación in vitro, ya tras efectuar con éxito este proceso llega el momento de la punción ovárica para extraer los óvulos maduros y luego comenzar el proceso de fecundación con los espermatozoides de la pareja o de un donante para dejar en cultivo los embriones unos días antes de introducirlos en el endometrio de la mujer, que debe prepararse con otro tratamiento para que esté en las condiciones ideales para la implantación de los embriones.
Tras finalizar el cultivo, se eligen los embriones de mejor calidad para introducirlos en el útero y quedar a la espera de si el resultado es un éxito y se consigue el embarazo o si por el contrario ha habido un fallo y es necesario un nuevo intento. En este caso, ¿es necesario realizar todo el proceso desde el principio? Para nada, pues los embriones no utilizados se congelan para un posible uso posterior. De todas formas, habrá que esperar al menos 14 días para saber si la fecundación in vitro ha sido un éxito o no.
De esta manera la GnRH es una hormona clave para las futuras mamás que se enfrentan a una fecundación in vitro, pues su tratamiento es necesario al comienzo para que se dé la estimulación ovárica necesaria y se pueda empezar el proceso de fecundación.