El uso de compresas y tampones para retener el flujo menstrual cada vez está más en entredicho. Ahora, las copas menstruales se han convertido en la alternativa perfecta para la mayoría de las mujeres españolas. Y, aunque a nosotras nos parezca una novedad, lo cierto es que la copa menstrual nació hace más de cien años, aunque no se popularizó hasta hace pocos años. Con su uso se contribuye a mejorar el medio ambiente, ya que se reduce la producción de residuos y es biodegradable.
Por tanto, la copa aporta diversos beneficios. Lo primero será que no está compuesta de químicos; está fabricada con materiales hipoalergénicos. Esto impide que se desarrollen infecciones u otras afecciones que los tampones pueden provocar, como es el caso del síndrome del shock tóxico. Esta dolencia es causada por dos tipos de bacterias, el Staphylococcus aureus y el Streptococcus pyogenes. Por ahora, se desconoce de su relación con los tampones, pero sí se han encontrado casos de mujeres que hacen uso de ellos y han tenido este problema.
Además, la copa menstrual tiene una duración media de diez años, siempre y cuando se siga de forma adecuada sus recomendaciones de uso y cuidado. Habrá que limpiarla con agua y jabón después de cada vaciado durante la menstruación y esterilizarla una vez que ha finalizado el periodo. Esta esterilización puede realizarse de varias maneras: con una olla, al hervir la copa durante cinco minutos, con un vaso esterilizador o con pastillas efervescentes esterilizadoras en agua templada o fría y en 15 minutos estará como nueva.
Los químicos que incorporan los tapones pueden alterar el PH de la vagina. Por ello, no es recomendable llevarlos más de seis u ocho horas al día. En el caso de la copa, se puede hacer uso de ella durante más de doce horas, sin complicaciones. Aunque dependerá siempre de la cantidad de flujo de las mujeres. Otra ventaja de la copa menstrual es su precio, que ronda los veinte o veinticinco euros, algo superior a una caja de tampones, pero que notaremos cuando pasen un par de meses. Cada mujer consume al año una caja por periodo, por lo que en diez años será un total de 120 cajas.
Para un buen uso de la copa menstrual habrá que elegir la que más se amolde a nuestro cuerpo. En general, cuentan con dos tipos de modelos: la pequeña y la grande. Para elegir la talla adecuada habrá que atender a tres variables. Si has tenido un parto vaginal se recomienda el uso de una copa de tamaño grande, ya que los músculos del suelo pélvico se debilitan tras el parto. En el caso de haber tenido los hijos por cesárea se recomienda la copa de menor tamaño. Aún así, puede haber excepciones, ya que dependerá del peso del bebé durante el embarazo.
A las personas menores de 30 años se les recomienda usar la talla pequeña, mientras que a quien supere los 30, lo contrario. Pero, a pesar de todas estas variables, se tendrá que tener en cuenta el estado del suelo pélvico de cada mujer. Una joven de más de 30 años puede tenerlo más tonificado al ejercitarlo con distintos ejercicios como el yoga y estar más cómoda con la de tamaño pequeño.
Para hacerse con una copa menstrual no habrá ni que ir a la farmacia, algunos grandes supermercados, como Mercadona, han lanzado la suya propia. Fue el pasado mes de julio cuando la puso a la venta, a través de su marca Deliplus, y por un precio la mar de competitivo: nueve euros; algo que hace de ella una verdadera ganga. En cambio, si queremos hacernos con ella en la farmacia, lo más probable es que nos ofrezcan una de la marca Enna. Además, es la única del mercado que cuenta con aplicador y que hace más sencillo su uso. Su precio es de 20 euros.
También, en internet, podremos encontrar copas menstruales ecológicas, hechas de silicona médica hipoalergénica y, por tanto, libre de lejía, pegamento, perfume y otras lociones. Tiene una duración media de dos años y su precio es de 24 euros. Otra marca de copas menstruales que hay en el mercado es Intimina, que es usada por famosas como Cristina Pedroche. Se definen a sí mismas como la copa “del futuro” y tiene una gran ventaja: se dobla tanto como un tampón. Su precio oscila hasta los 30 euros.