La criptorquidia es un trastorno en el desarrollo de los testículos, en el que ambos o uno de ellos no desciende completamente hasta el escroto. En la mayoría de ocasiones, esta complicación solamente suele afectar a un solo testículo y este permanece en alguna parte del canal inguinal o en el interior del abdomen. Este último caso es menos frecuente, pero puede darse.
En el desarrollo del feto en el útero materno, los testículos se forman en la zona del abdomen y, al final de los meses de gestación, descienden a lo largo del canal inguinal hasta el escroto para completar su maduración. Además, cualquier alteración de este proceso, debido a causas genéticas, hormonales o mecánicas, puede hacer que el testículo no llegue a deslizarse.
Este trastorno será más común en aquellos bebés prematuros y suele afectar más al testículo izquierdo. En la mayoría de ocasiones, ese testículo suele bajar, de forma espontánea, durante el primer año de vida. Eso sí, una vez que ya ha pasado este tiempo, no será normal que descienda de forma normal, por lo que habrá que consultarlo con un especialista, que ya llevará un seguimiento del pequeño.
Respecto a sus síntomas, el único que podremos observar será que el testículo no se puede encontrar en el interior del escroto, lo que se denominará ‘escroto vacío’. Para su valoración, será esencial conocer los antecedentes maternos en consumo de medicamentos, los posibles problemas durante el embarazo, los antecedentes familiares por muertes neonatales o la infertilidad.
Este tipo de trastorno se puede relacionar con otras complicaciones, como el cáncer de testículo, infertilidad, torsión testicular, hernia inguinal y diversos traumatismos. Para el diagnóstico, el especialista realizará una palpación de la bolsa escrotal vacía tras el nacimiento. En el caso de que no se localice el testículo se podrá realizar diversas pruebas de imagen o pruebas de laboratorio. Además, será muy importante diferenciar entre la criptorquidia y los testículos retráctiles o los testículos ausentes.
Esta complicación podrá corregirse antes de los dos años de edad y presentará un mejor pronóstico, tanto en la fertilidad del adulto como en un menor con riesgo de padecer cáncer de testículos. Respecto a su tratamiento, el tratamiento hormonal se realizará mediante la administración de inyecciones intramusculares de hormonas, lo que ayudará a los testículos a fabricar hormonas masculinas. También, se podrá proceder a la corrección quirúrgica del testículo con la orquidopexia.