Dos de los términos que más oímos las mujeres, durante nuestra vida y referentes a nuestro proceso de reproducción, son ‘embarazo’ y ‘menopausia’. Pero, ¿cuáles son los síntomas de uno y otro? ¿Es cierto que se pueden confundir?
La menopausia hace referencia al fin de la menstruación en la vida de la mujer y, además, se diagnostica de forma retrospectiva. Para hablar de menopausia debe haber pasado un año desde la última menstruación. Tras esos doce meses sin regla, y sin que haya habido algún sangrado esporádico, ya se puede decir que la mujer tiene menopausia. Se trata de una etapa totalmente natural y no se referirá solamente al fin de la menstruación, sino que también se trata del fin de la vida fértil de la mujer.
Será muy importante que también diferenciemos entre menopausia y climaterio. Este último es la etapa más amplia y que abarca todos aquellos cambios que va sufriendo la mujer y que concluyen con el fin de su etapa reproductiva, es decir, la menopausia. La señal más clara del inicio de este periodo será los primeros desajustes de la regla, ya que se podrá pasar unos meses sin la regla y, luego, tenerla hasta dos veces el mismo mes. Esta fase suele darse durante tres y cinco años antes de la última menstruación y empezará a partir de los 45 años, aunque habrá mujeres que tendrán una regla que comenzará a ser irregular a partir de los 40. Como consecuencia, tendrán un climaterio más largo.
El responsable del climaterio y de la menopausia será el ovario. Así, los ovarios nacen programados con un determinado número de folículos de óvulo. Esta reserva ovárica tiene su punto álgido dentro del útero y más concretamente durante el quinto mes de embarazo. En ese momento, nos encontraremos con dos millones de folículos. A partir de ese momento, todavía en el útero de la mujer, el ovario empezará a perder folículos. Al nacer, esos dos millones que había en el quinto mes de gestación se quedan en medio millón.
La pérdida será constante a lo largo del tiempo y, a partir de los 35 años, el ovario notará más el envejecimiento y la disminución de los folículos afectará a la capacidad reproductiva. Por eso, a partir de la edad adulta será más complicado conseguir un embarazo. Finalmente, el envejecimiento ovárico provocará los primeros desajustes y dará lugar al climaterio. Este proceso no se detendrá hasta la menopausia.
Sí que es cierto que este desajuste también podrá ser uno de los síntomas del embarazo, pero no será lo mismo. Los signos de que se está gestando un bebé será la ausencia de menstruación, sudores y sofocos, dolor de mamas, aumento de peso, náuseas, irritabilidad, mareos y cansancio. Es por tanto que estos síntomas son muy similares a los de la menopausia, aunque sí que es cierto que durante ese proceso la mujer no tendrá náuseas.
Aún así, habrá una manera muy sencilla de salir de dudas: hacerse un test de embarazo. Si han pasado cuatro semanas desde tu último periodo y sospechas que puedes estar en cinta, lo más recomendable será que te hagas una prueba. En el caso de que salga negativo y no encuentras explicación a tu situación, lo mejor será que acudas a un especialista y le comentes tu caso. Este será quien evalúe los síntomas y, con un análisis de sangre, podrá salir de dudas.
Aún así, es muy importante que sepas que dejar de menstruar antes de los 40 años se denomina ‘menopausia precoz y donde la genética tiene un papel muy importante. También, puede darse debido a enfermedades autoinmunes, diabetes, tratamientos agresivos o casos de sobrepeso. En estos casos, se suele dar una etapa de premenopausia y aún se podrá concebir en el caso de que haya óvulos. También, habrá casos en los que la regla se cortará de repente y no vuelva más.