Prostaglandinas, uno de los métodos más utilizados para inducir el parto: ¿cuándo es necesario?
La inducción al parto será necesaria en algunos alumbramientos.
Se realizará a través de distintos métodos como puede ser la administración de prostaglandinas.
Es una sustancia que interviene en la activación de las contracciones.
El parto es uno de los momentos más especiales, a la vez que duros, para la mujer. Lo cierto es que se trata de un momento que, en la mayoría de casos, es desconocido y, sobre todo, que produce mucha incertidumbre. Así, antes de dar a luz es muy importante que conozcas todas las posibilidades. Una de esas palabras claves que seguro que ha escuchado será la prostaglandina, fundamental a la hora de inducir el parto y que favorecerá la maduración del cuello uterino.
Qué son las prostaglandinas
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Se trata de una sustancia de carácter lipídico que actúa como una hormona sobre diferentes sistemas del organismo, entre ellos, el sistema reproductor. Esta trata de provocar la contracción de la musculatura lisa y será fundamental cuando hablemos del útero de la mujer, sobre todo en ese momento del parto. También, esta sustancia regula el sistema inmunológico e interviene en la vasodilatación y en la regeneración celular.
Además, estimulará las terminaciones nerviosas del dolor. Suele encontrarse en pequeñas cantidades en el semen y favorece la contracción del útero y la movilidad de los espermatozoides hacia las trompas de Falopio. De la misma forma, también se liberará durante la menstruación para facilitar el desprendimiento del endometrio.
Cómo incide en el momento del parto
En el caso del embarazo, esta sustancia es segregada por las membranas de la bolsa de aguas y está presente en el líquido amniótico. Además, será la responsable de ablandar y madurar el cuello del útero. Esta maduración hará que el cérvix se dilate y se afine hasta casi borrarse. Por eso, la bajada y la salida del bebé será más fácil. También, la prostaglandina intervendrá en la activación de contracciones durante el momento del parto.
Habrá momentos en los que este proceso no se genere de forma natural o que existan ciertos problemas que ponen en riesgo la salud de la madre y del bebé. Entonces, será necesario interrumpir el embarazo e inducir el parto. Por tanto, para inducir el trabajo del parto se utilizan las prostaglandinas. Esta sustancia activará el trabajo de la contracción uterina e intervendrá en la maduración del cuello del útero o cérvix, lo ayudan a dilatar y lo prepararán para las contracciones. El médico, tras controlar el cuello uterino, pueden considerar que este no ha comenzado su proceso de maduración y, por tanto, será normal que quieran recurrir a este método.
Cómo se administran
Lo más normal será que las prostaglandinas se administren por vía vaginal. Estas se aplicarán en el cuello del útero, mediante una especie de tampón o por medio de un gel intracervical. Aún así, también puede administrarse por vía oral mediante la toma de píldoras.
Cuándo se produce la inducción al parto
Son diversas las razones por las cuales se podrá proceder a la inducción del parto. Lo más normal será que se haga en el caso de que la fecha probable de parto ya haya pasado y no hay evidencias de que se vaya a producir el nacimiento.
Así, cumplida la semana 40 o 41 de embarazo, que será el periodo normal de gestación, se pueden tomar diferentes medidas. En el caso de que no haya señales de trabajo de parto es muy posible que decidan inducirlo. De lo contrario, puede ser peligroso para el bebé, ya que la placenta pierda eficacia y pasará menos nutrientes al niño. También, se podrá inducir el parto en el caso de que se haya roto la fuente de aguas y las contracciones no han comenzado y, además, en el caso de que haya presencia de alguna enfermedad crónica.
Otros métodos para la inducción
Habrá otros métodos para inducir el parto como puede ser el desprendimiento de membranas. Este se practica en el caso de que el cuello uterino ya esté algo dilatado y no exista ningún riesgo. Un complemento que también es muy utilizado será la rotura de la bolsa amniótica, en el que el médico o la matrona introduce un instrumento como un pequeño gancho que rompe la bolsa. Otra opción será la inducción con oxitocina, que suele administrarse cuando el cello del útero está maduro, es decir, después de que las prostaglandinas lo han preparado.